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él se la dió. En este tiempo ya había gente delante parn

e torbar que ninguno fue e a la ciudad de Los Reyes.

Partido Diego d e Fuenmayor, con algunos de los que -

con él venían, informaron al Adelantado que iba muy

afrentado de lo que se había hecho <:ontra él. Sabido es–

to, despachó un mensajero a Apurima, a ·Pedro de Ler–

ma que allí estaba, mandándole que e lo trujese a él

y a lo que con él iban; Pedro de Lerma le alcanzó vein–

ticinco leguas desta ciudad,

le hicieron volver contra:

su voluntad,

venido Fuenmayor, le dió sus disculpas.

como le paresció, y el Adelantado le hizo muchos ofreci–

mientos y le dió licencia y se fu é, y en La Nasca halló

al Gobernador, y

hizo el mismo requerimiento. E·l Go–

bernador se partió luego para Los Reyes, adonde pro–

curó de llegar la más gente que pudo, porque decían ·

que el Adelantado tenía voluntad de no parar hasta to–

mar posesión de la ciudad de Los Reyes¡ hízosele muy

bien, porque, como los indios se habían alzado, había en–

viado a pedir socorro y cada día le venía gente.

El Adelantado, después de haber enviado toda la ma–

yor parte de la _gente a unos pueblos que e dicen los

Lucanes, para que allí le espera en, él se quedó hacien–

do salir a muchos contra su voluntad ; no pudiendo ha–

cer otra cosa, a los ·que dejaba por sospecho os tomába–

les las armas y los caballo . Hecho e to, en fin de mu–

chos pareceres, acordó llevar a H ernando Pizarro con–

sigo y dejar a Gonzalo Pizarro y Alon o de Alvarado y

otros mucho , presos con mucha guarda, diijando el car–

go dellos y de la ciudad a Gabriel de Rojas; con Her–

nando Pizarro iban veinte de caballo, que no · tenÍ&u

otro cuidado sino mirar por él de día y d e noche: su

persona iba en un caballo, sin e puela . Llegado a lo

llanos, adonde estaba ya Orgoñez con toda la genter fu e--