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río. Luego avisaron a Diego
y
Gómez de Alvarado que
el Adelantado quería cortar la cabeza a Alonso de Al–
varado
y
Góm z de Tordoya, que fuesen a rogar por
ellos pues eran sus deudos, y ellos fueron ·a mucha prie-
a; fué mucho acabar con el Adelantado lo dejase de
justiciar. Murieron de la parte de Alonso de Alvarado,
D. Pedro de otomayor y otro cinco hombres,
y
del
Adelantado dos que se ahogaron en el río.
Hecho esto y pre o Alonso de Alvarado
y
otras per-
onas, se tornó a u real con toda la gente, salvo el Ca–
pitán que e taba arriba hacienqo llamar lo e pañoles qne
estaban puestos por los vado , los cuales no pudieron
hacer otra co a sino venir, viendo ya no haber otro r ,_
medio. A Alonso de Alvai·ado
y
ó~ez
de Tordoya echa–
ron grillos, e a Cri tóbal de Villalva, amenazándolo ca–
da momento con la muerte. Visto por el Adelantado el
buen subceso que en la entrada del uzco
y
en esto ha–
bía tenido par cióle a 'l y a otro que sj luego iba a
la ciudad d Lo R eye y prendían o mataban al Go–
bernador, que no dejaban cosa por hacer; man lóse apre–
gonar que todos se apercibie en para la jornada, así los
que vinieron con Alonso de Alvarado orno lo que él
tenía de antes,
y
para aber qué g nte habría e hizo
alarde. Algunos, viendo qu bastaba lo hecho fueron de
contraria opinión. en e to, y tambi 'n porque tomando por
fuerza a Los R eyes, no podría dejar de haber mny gran
de concierto por haber mujer
casadas, contradecían
mucho tal propósito al Adelantado y a Orgoñez que in–
sistían en ello, temí ndo que el Gobernador, como e ta–
ba en el puerto, hicie e
a
ente y despu 's no fuese parte
para resistilla. E'Il d terminar to estuvieron do días,
en fin de lo cuale e determinó v nir a e ta ciudad del
Cuzco, adonde llegados, por dar contento a la gente que
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