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de lo qua l e l tirano -le peso grandemen te
y
se e nojo
dello brauamente. Gorn;:alo Pic;:arro ma ndo a Juan
de la Torre que continuando en el negocio supie–
sse de raíz todo lo que auia en aque lla trnma que
se vrdia contra ·e l, y para dar mejor color y Vela
ufíez se asegurasse mas del le dixo que le daria
conduta decapitan pa r a qu e fuesse a hazer g ente
a la prouincia de Iica r agua , que cae en la Jueua
España , y qu e podria d ez ir a Vela
ufíez que el
auia procurado aquella
co~duta
para engañar
á
Gonc;alo Pic;arro y a s us consej eros. Como Juan
de la Torre anduuiesse tan solicito para effetuar
este neg ocio mando poner en la marina
y
e n el
nauio cie rtos a rcabuzeros pa ra que prendi essen a
los que fu essen por a ll a; m as por ciertos yndicios
que u\·o, que los muñidos lo sintieron, no fueron
a l puerto como estaua concerta do . Y con todo
es to (1), r ece landose e l tirano, de Juan de Ja Torre,
no le engafíasse, d ixo a los licenciados Cep eda y
Cara uaja l
y
a sus capitanes con quienes se auia
tra tado es te negocio en g r a n sec r eto: Es tan dia–
bolico este hombre, que como engaño a Vela Nu–
fíez nos puede agora engaña r a todos si quisiesse
11azer a lgu na noue da d en reboluer la tierra;
:r
assi
pu o secretamente sobr e el m ismo fraudador de
los engaños b uenas g uardas de fie les
oldados .
Torno Jua n de la Torre al tirano y le dixo que
\ ela Tufíez a uia dicho con juramento que e ran en
e l conciert o de la trama mas de treynta
y
cinco
a r cabuz ro que eran hombres de hecho .
Y
que
(1)
l\Is.
nlos.