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gestad , la qual le fue deneo·ada. Por otra parte los
obispos,
cl~ rigos,
r elig iosos
y
hombres buenos
y
Doña Francisca Pi<;:a rro, sobrina del tiran o, rog·a·
ron mucho por el para que le concedi esse
y
otor–
g asse la dicha apelacion ; [mas] no aprouecho cosa
alguna , antes como aui a t antos rogadores, el ti ra–
no y Cepeda le dieron mucha priesa para que se
confesase con vn cle r igo que le embi aron, de que
se tuuo a mucho,
y
tras la confesion dende a vn
rato, que er a ya amanecido, le sacaron de Ja car–
cel a la pl ac;a publicamente, a pie, las manos a ta ·
das y vn cru cifi"'\'.o en ellas, yendo a su lado el r e ·
gente fray Thomas de San Marti!!. que le con feso,
y le yua ayuda ndo xpianamente a bien morir , y
assi Je corta r on la cabec;a y a los pies se le pu o
vna letra que dezia:
Por a1notiuador .
Y el cu er po
fu e lle uado despues a casa de Hern ando de Mon–
tenegro , en donde fue amotajado
y
19
lleuaron a
ente rra r a Ja ygles ia mayo r con mucha honrra;
y ua n con el cuerpo difunt o todo el cabildo ecc le –
sias tico, qu e Jo mando el ar c;obispo Don Gero1:iimo
de Loaysa . Otros í, yuan muchos hombres bu enos y
. principales , y lo enterraron mu y honrradamente y
el ar c;obispo y el r egente mandar on a los clerigos
y a los fray les le dixessen muchas misas por e l yn–
fe lice di funto
1
y dende a pocos -dí as a ruego de bue–
nos se ma ndo quitar la cabec;a , que es taua en Ja
picota,
y
.se puso e'l1 la sep ultura co n e l t ri ste cuer–
po. Al ti empo que el bu eno
y
desdichado \ le la Iu–
ñez se quería hincar de rodi llas para encomendar–
se a Dios de "todo co r ac;on, An toni o de Robles,
hermano del. capita n Ma rtín de Robles, que era vn