CAPITULO LIV
DE COMO EL TIRAJ'\O, SABIDA LA TRAMA, MANDO AL LI–
CENCIADO CEPEDA CONDENASSE A MUERTE A VELA
.NUÑEZ, CORTANDOLE LA CABE<;:A, PORQUE SE AUIA
QUERIDO AL<;:AR CONTRA EL, E HIZIERON QUARTOS A
:VNO
QUE PRENDIERON CON EL, !>OBRE EL MISMO CASO
Mientras andauan estos malos tratos y concilia–
bulos de parte de Juan de Ja Torre Villegas; vino
de Tierra Firme por muy cierta nueua de como
venia Pedro H ernandez de Panyagua, natural de
Placencia, al P e ru, por embajador de Su Mages–
tad, y que .traya grandes recaudos y muy buenos
despachos del Rey para Gorn;:alo Pic;arro, que los
.embiaua el licenciado Pedro de Ja Gasea. En los
quales recaudos le nombraua por Gouernador de
los reynos y prouincias del P eru, con otras mu–
chas y diuersas cosas que se dixeron por los affi–
cionados del tir a no, que todas ellas fueron nueuas
de camino, falsas y vaciadizas, dichas por hom–
bres mal yntencionados. Por estas cosas que se
dezian, el dicho Juan de la Torre, co_n animo da–
ñado y diabolico acordo vender al ynocente Vela
uñez y a los demas, por ganar alguna gracia y
merced del tirano, y assi luego se lo fue a dezir,