![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0507.jpg)
49l
temor tuuo lugar de esconderse, aunque con harto
peligro de su persona y vida, hasta que despues
fue perdonado a ynstancia de los r eue r endiss imos
obispos y del lice nciado Be nito Juarez d Caraua–
jal, como adelante diremos. D ende
á
dos dias que
el capitan Gaspar Mexia ma ltr a to a l padr e Ba ltha–
sar de Loaysa, corriendo vn cauallo por aquella
misma calle le estre lló en la esquina de la casa
de H e rnando Bachicao, de que le procedio morir
sin conffesion, que p a r ece fue cosa d e mi s terio, de
que todos quedaron admirados de t a l caso. Por
tanto , hombres soberuios y mal mirados, tomad
exemplo en es te hombr e; mirad lo qu e haze is, no ,
pong·ai manos en los sace rdotes, que son mi –
ni tros vngidos de Dio . Los que fueron presos
ma ndo e l tirano da r torme nto braui simo a dos
dello
y
e tos conffe arnn todo lo que auia
y
lo
que e n l ca o pa au a y en donde lo auian plati–
cado
y
concer tado
y
que e l principa l mouedor auia
ido Juan de la Torre \ illega .
Y
que como cabe–
ª
de la trama
y
rdimbre e auian allegado todo
a el orno hombre que era muy rico, para yrse
on e l, y que tambien Juan'\ e la quez Vela Nuñez
e qu ria
T
on ello , como hombre que de eaua
ver e ya en E pana. 1 tiempo que prendieron a
\ 1
uñez e demudo, porque e l hombr e que tie–
n ver,;uen en cara, aunque e te y nocente y in
ulpa, i pien a que contrn el e pre ume alo-una
co a que
ea~
a · ma l hecha e turba ma que otro
1o·nn
qu e
ta
aco tumbrado hazer ma ldade ,
aunqu e ienta ulpado porque abe mejor en–
ubrillo con ma sereno ro tro. Pue como Y ela