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sagrada delante del S a ncto Saeramento, estando
el frayle y algunos muñidos de la nte,
(y]
dixo lo si–
guiente: Que juraua a Dios y a Sancta Maria su
madre y en aquella ara consagrada, que era c ier–
to y v erdadero todo lo que haz ia tocante a la par–
tida para España, y que en ello no au ia doblez ni
engaño ninguno, y que en ningun tiempo el ni otro
por el lo descubriria , s ino que lo ternia en gran se–
creto; si no, que le viniesse ta l y tal cosa, hechan–
dose mill ma ldiciones sobr e si. Y por este jura–
mento, aunque falso, que hizo Juan de la Torre,
segun Jos muñidos dixeron, se engaño Vela
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uñez
del todo, y encontrandole vn dia en la plac;:a, que no
deuiera, se saludaron cortesmenle, a unque habla –
ron poco, y Vela Nuñez le tomo del dedo pulgar y
entonces dixo:
ya le tenemos en el garlito, que a
v os buscauamos y uo
~a
otro .
En esto se conoscio
clara
y
a biertamente que en sus palabras auia
grandes doblezes,·y muc11os cng:años e n sus tra tos,
porque si el no salia con su mala
y
peru ersa yn–
tencion, adelantarse el a lo dez.ir al tirano y hecjrnr
la culpa que e l tenia a l ynocente y a los demas que
el auia combidado. En este tiempo que estas cosas
passauan estaua Francisco de Carauajal e n la s
Charcas perseguiendo a los seruidores del R ey,
como adelante diremos, de l qua l se teni a g r an sos–
pecha como se quería a lc;:a r contra Pic;:arro, y por
.. esto Vela uñez trato con algunos qu e si ntio que
eran afficionados al se ruicio del R ey, que se em–
barcassen en vn nauio que Ju a n de la Torre le
daria en el puerto. Y que de alli s e fuessen a la
cibdad de Arequipa para que fuess e n a las Char-