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miento y la mue rte, porque si el muriesse en la ba–
talla auri a pagado con la deuda que deuia y auer
hecho lo que e r a obligado a libertar la tierra que
ta nto le a uia cos tado en gana ll a en compañia de
sus hermanos. Mas que el tenia conffianc;a en Dios
y en nuestra Señora de abatir la gran soberuia
del Visorr ey, pues au ia para ello muchas causa
y
razones; y as i dixo otras co as de gran altiuez
y ;:trrogancia conffiado que au ia de alcanc;ar la
victori a, y con tanto se
alío a l campo tra
u
gente . Pues tornando al V isorrey, que yua su poco
a poco caminando, llego a vn pueblo de yndios
llama o Co hizque; dormi eron aqui todos pue tos
en esquadron y en borden de batalla, a causa qu e
es ta u ~.
muy cerca del enem igo, y antes que ama–
nesc ie se mando yr a su corredores a delante por–
qu e viessen lo que auia en e l carppo, o donde es–
tari a e l tirano. Llegados que fueron los corredore
a l rio de Guaylabamba hallaron alli veinte corre-
'
dores del tirano , que los
~uia
e l embiado para que
guardassen aquel passo porque no au ia otro ca–
mino por dopas ar si no era por aquel vado o por
otro mas arriba que estaua de alli muy apa rtado ,
que era senda de yndios, ma
empero era muy
aspero y ma lo de pa sar, que no tenia puente,
como ay en otros rios, y el camino de grandes
quebradas y arroyatos hondos. Los leales co rre–
dore hablaron a lo del tirano para que epas a -
sen al eruicio de
u i\Iagestad y al del\ isorrey,
que atras quedaua con mucha gente y arti ller ía, y
que dexa en ya de seguir a vn tirano, pue era
traydor a u r ey y eñor natural, y que no quis ie-