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de OcLaualo , qu e esta nu euc leg uas de Quito , con
todo su campo , en donde hallo a vn A ndres Go·
rnez , su leal espia , y es ta espia le dixo la verdad
de lo nu e auia
y
la fa lsa yda del tirano a la cibdad
de' Lima, como y a otras v ezes se lo auia escripto,
y como estauan· los caminos toma·dos no pudieron
llegar por alla las cartas, de todo lo qual al Viso–
rrey le peso en g rnn ma ne r a. Aqui co noscio clara
y abiertamente qu e todas las cspias que en muchas·
pa rt es ten ia le auian salido zaynos, traydores y fe–
mentidos, y qu e ning uno de llos le auia escripto ni
tra ta do verdad s ino er a Andr es Gomez, su leal es·
pi a. Por lo qua l con grande enojo juro a Dios nues–
tro Señor y a l.habito de Sanc tiago qu e en los pechos
teni a, que en toma ndolos ado nde quiera que los
ha llas e los a ui a de ma nda r ah or ca r y hazer quar–
to ; ma s ellos s e escondi eron de tal manera que
nunca losvido jamas . Con Lodas esfas cosas no per–
diopunto deanimo ,antes como esfon ;:adoyanimoso
cauallero, teni endo confianc;a e n Dios y en la justa
justicia y razon que lleuaua por amparo y broquel y
en e l nombre de Su lVIagestad, fue caminando pa ra
Ja cibdad de Quito. Pues a ui endo salido del pu eblo
de Octaualo si n tener ning un r ezelo de Gonc;alo
Picarro ni de sus capitane s ino er a la ventura de l
yencimi ento de la ba ta lla y la ync ertinidad de la
vida, s e fu e pa r a Quito, como hemos di cho, con
g ra nde a nimo
y
esfu e r c;o . Qu a ndo Gonc;alo Pi<;a–
r ro ent endio qu e e l Vison-ey estaua ta n cerca sa–
li o de la cibdad con toda s u gente y fu e por el mis–
mo camino que el Visorrey traya, para encont rar ·
s e con el en campaña rasa, lo qual hizo a dos fines