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les fuero n
y
trataron con los panamen es mucha
y diuer as cosas. de concordia
y.
amistad y de la
paz, que en ninguna de lla
e podian concertar.
Los del cabi ldo y capitanes de la cibdacl pidieron
cosas que no conuenian a Pedro A lon o de Hino–
josa, y los tres men ajero les pidieron
cosa~
que
no les estaua bien, ni a los cibdadanos, y a esta
causa estuuieron en la cibdad gran e pacio de
tiempo alterca ndo, d::tndo
y
toma ndo en lo neg·o–
cios, que no se pod ian concluyr. Desque victo Hi–
nojosa que e l frayl e y los dos capitanes no venian
con ningun r ecaudo, tuuo cr cyclo que es tauan to–
-dos tres presos, como lo auia n h cho con e l men–
sajero de Rodrigo de Ca ra uaía l, y tambi en por lo
consiguiente con el
mism~
capitan, s i no fuera
a ui sado de los afficionados de Gonc;:alo Pi c;:a rro.
O si qui er eran a lgunas dilaciones·
y
escusas para
no hazer ning un partido, o que agu a rclauan a lg·un a
gente de socorro que a ui a de venir ·ctc la cibdad de l
Nombre de Dios o del pueblo de la Nata, por lo
qual estaua muy es tomagado y bien enojado co n–
tra ellos. Y por no a la rga r mas ti empo comenc;:o
de caminar para la cibdad con toda su gente, lle–
~rnndo
las barcas apegadas a la lengua del agua
con toda la artilleria y a Jg·una arcabuze ria, que
era la fuerc;:a de su campo , que por todos serian
trescientos hombres, los qual es todos yua n a pie.
El Gouernádor y Jua n Fernandez de R ebolledo
con los demas capitanes y regidores yuan por su
cabo,
y
por la otra par te yuan los dos capitanes
Juan de Guzma n y Juan de Yllanes, y como supie–
ron que los contrarios Yen'.a n ma r chando, que