233
licia . Tomo luego un a buena casa qu e él r eg imi n–
to le seña lo , que era de Andres de A r eyc;a, en don–
de di o principio a pagar parte de lo qu e s e deuia a
los ag r a uiados , ass i en ropa como en d ºnero, to –
mandóles primero juramento si lo que pedían era
verdad; e llos lo jura ua n, da nd o primero testig os .
Por otra parte comenc;o a da r de comer a todos
qu a nt os y ua n a su casa s in los llamar, assi el e los
soldados d€1Visorrey como de los solda dos pa na–
menses, que por oras y momentos au ia gente en
ella,
y
lo mismo pe rmitio qu e jugassen a los naypes
y
dados
y
se conue rsassen los vnos
y
los otros. De
ta l ma ner a sucedio es to que dentro de di ez di as se
passaron a Hinojosa cas i la _mayor pa rte de los sol–
dados, de lo qua l r a ui a ua n mucho e l Gouernador
y el ca bildo y capita nes, que queri end olo r eme–
diar no pudieron, a causa qu e entonces
y~
no te–
nia n fuer c;as pa r a hazello . Viendo Juan de Gu z–
ma n
y
Juan de Ylla!JeS (1), capita nes del Visorrey ,
como s us soldados se yuan su poco a poco a Hino–
josa y qu e ning una cosa de lo capitul ado se cum–
plia ni g uarda ua, y que demas desto auia entrado
vn a gran compa ñi a de a r cabuzeros con tres capi–
tanes , en Ja cibdad, que de la flota a ui a veni do, y
que P ed ro de Cass aos lo disimula ua todo , les pa–
r escio muy ma l. Y por ta nto r ezela ndose de todo
esto toma r on entrambos vna noche sendos barcos
grandes
y
se fue r on la via de Ca rtagena , por el
nombre de D ios, y ll ena ron cons ig o hasta v e inte
hombre y qua tru piec;a de a rtille ría que s acaron
( l)
~Is .
!./anos .