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orno .en donayre que de los enemigos los menos.
Las cartas ,que P edro de Mqtaya truxo del Viso–
rrey para el tirano, las vnas fueron leydas publi–
camente, y las otras no; y lo que en las primeras.
se con teni a era que el tira no paga sse lo que e l a uia
gastado en la g uerra, assi lo de Su Magestad como
· de particulares, que luego se yria
á
E spa ña, pues
tanto lo desseauan todos. Las otras que se leyeron
secretamente, se enojo dellas Gorn;:alo Pic;arro
y
las hizo p eda<;:os, y segun se dixo despues que de–
uian ser par·a sus cap itan es, y en e llas verni a n a l–
gunas cosas que a todos ellos conuini essefnj, y qu e
se di essen a l se ruicio del R ey nuestro Señor, que
el en su R eal nombre les baria g r andes mercedes;
y todo esto se ca llo. Despues qu e e l Licenci a do se
par ti o de la villa, sali o della e l tirano
y
se fue a l
pueblo de Aya uaca , y como el licenciado Caraua–
ja l no a ui a podido alcan<;:a r al Visorrey embio lue–
go tras el al capitan Juan de Acosta, na tural de Vi –
Hanueua de Ba rcarro ta , para que prouasse ventu–
ra. Y para que pudiesse ha zer esto le di o de r e–
fresco sesenta hombres de a cauallo y otros tantos
arcabuzeros, el qua! se pusso luego en camino con
e llos, Jl eua ndo ta n solamente en las alforjas a lgo
que come r y vn poco de mah iz pa ra los caua llos.
Desde este pueblo de Ayauaca escriuio Gonc;alo
Pi <;arro a los cap itan es del Visorre
ara que lo
prendiessen , o desamparassen·, offresciendole.
g randes
y
señaladas mercedes, y r escebi das estas
cartas (1), a Jg·unos dellos las rompieron, que no hi -
(1 )
Ms.
cm tnr de.