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que yo estimo vuestra amistad
y
mi firme proposi–
to de gratifficaros lo mucho que mer esceis. Y assi
digo que el que se quissiei-e qu edar, quedese en
hora buena, que yo le doy lic encia pa r;,._ ello,
y
venga luego delante de mi para que yo .le conos–
ca; y este ta l, bien se yo que no se qu eda r a por no
yr conmigo, sino por falt a que tenga de salud, o
por falt a de s u caua llo, que no podra anda r tanto
a pie como yo que voy a cauall o. Dichas es tas pa–
labra s por el Visorrey c iertamente las sintieron
todos muy de cora <;on, viendo su clemencia , bon:
dad y xpia ndad, y pocos uvo a lli de presente qu e
.......-.-__.
no quis iessen antes morir con el,. que no tener vid a
con el tirano, ni pedir la tal licencia , par a no a par –
tarse de su compañia . Y como vido qu e ning uno le
pedia licencia , s ino la mucha
y
buena voluntad qu e
todos le mostra ua n tener, les agr adescio muy mu–
cho el precordial amor que le rnostrauan,
y
con
es to boluie ron a s u traba joso camin o yendo todos
con g ra n priessa,
y
qua ndo auia a lg unas quebra–
das
y
angos tos caminos yua[n] de vno en vno
y
los de a cauallo lleuauan a los cansados peones a
las a ncas.