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sasse-¡
y
sin duda lo hiziera si no le fueran a la ma·
no,
ó
porque no se dixer a del que daua mal ga la r–
dona quie n tan bien le auia seruido, y co n esto di –
s imulo con el, aunque lo mando hospeda r muy
bie n, y de pues se hizieron amigos. Pues conti–
nuando el Visorrey s u camino, con la pres teza que
podía llego a la cibdad de Quito, muy cansado,
como na uio que escapa de a lguna braua
y
peligro–
sa tormenta s in mas te les ni xarcias a lg unas; assi
le auino a nues tro buen Visorrey, que quando lle·
go a la cibdad de Qu ito no lleuaua s ino muy poca
gente . Ya que el Visorrey estaua en esta cibdad
con a lgun reposo, conjuraron contra su perso_na
y
vida los capitane Gomez de Estacio, Juan de Ho–
jeda
y
Aluaro de Carauaja l,
y
de hecho le mata–
r;i n, porque eran Yalientes hombres y de grande
a nimo y no les fallaua fabor y ayud;:i. Mas al mejor
tiempo fueron desc ubi erto , por lo qual ma ndo el
Visorrey al Oydor J uan Aluarez hizies e ju t1cia
.dellos, y a. i se hizo, lo. qua les fueron
J!.~go llados
por los cogote. , con r enombre de traydo1·es <..los
ezes, porque auia
ido
ynformado r ectamente
que Hernando Bachicao lo auia cmbiado mañosa–
mente desde Manta para que lo matassen;
y
a
Francisco de Olmos pe1·dono porque no tenia cul–
pa. \' e rdadernmente este Gomez de Estacio me·
rcscia, segun e dixo, qualquiera genero de muer–
te, porque era Yn hombre va ndolero
y
sedicio o y
perjudícial,
y
e te mi. mo, como en otra pane dixi–
mos , fu e e l hombr e que Bach icao encontro en el
amino quando yua contra el
isorrey en Tum–
bez, qu e. e \·ino a e l
y
le di xo de como el Visorrey