183
y
vti lidad , 1uego tenia c r eydo que hablaua n mal
contra e l,
y
mas quando via que se ajuntauan tres
o quatro hombres e n un
co ffillo~
y dezia muchas
vezes que de si mismo tenia sospec ha; y 'con esto
pa -
so ade lante. Qua ndo e l tirano llego a Thome–
ba rnba supo de sus esp ias qu e el V isorrey au ia
.embiado a mouer trato con, He rnando Bachicao
para qu e le diesse. los nauios , r ezclandose qu e no
uv iess effec to,
y
procuro de despachar por la pos–
la a personas de gran confianc;a
y
credito, con mu –
las que anda ua n a veinte leguas por dia, para qu é
lo -detuuiesscn en donde qu iera que lo ha llassen.
Gon<;:a lo Pi c;arro se partio luego a toda furia tras
l o
mensa jeros, a doze leguas a-.i les de llegar a la
cibdad de Quito, en donde Bachicao se auia
tleteni~
do, e l qual o salio a rescebir, mas no fue r escebiclo
como el penso que sus seruic ios mere cían, porque
al parescer de Bach icao dezia que
~ocio
lo qu Pi<;:a-
, rro tenia er a poco p<:ra le g ratifficar lo que a uia he–
cho e n su seruicio. Verdaderamente tuuo e nt e ndi–
do e te cosa rio qu e lo a uian de r esce bir con a r cos
lriurnpha le
y
con trompe tas y chiri mias
y
ser se-,
gunclo en la gouernacion; mas como.J:ue rescebid?
tib ia
y
secame nte se quexo dell o a l mismo Pic;a rro ,
r eprese ntancl ole sus seruic ios
y
grandes trabajos.
ü e lo qual et tirano se le diu poco o nada, dizien–
dolc que mas valiera 4 ue no los uvi e ra hecho, por
no oyr las quexas qu e por su causa le dauan,
y
por
auersele mos trado con e l con tanta presumpcion
y
va n::i g loria en las locuras
y
vanidades que le auia
estripto e n
u cart::t. Y dem:is des to que e l estaua
en punto de le castigar de tal ma nera que le pe-