XLVIII
dos y de tan largas distancias .como nuestras anti'\'
gua~
posesiones americanas. La prudencia aconseja
en este negocio atenerse á lo que sinceramente con–
fiesa Cieza de León:
«Verdaderamente no podrá entender el lector
con la gran dificultad que yo escreui alguna parte
desta Ystoria, pue_s para ynformarme de algun acae–
c;;imiento que passo sin yo verlo, tomava re1ac;;iones
de algunos que no embargante que eran de los mas
principales y verdaderos del reyno, en algunas cosas
la[
s]
davan· tan diferentes unos de otros' que era
para mi una grandé confosion; y por esto los lectores
no han luego de condepnar a los escritores sy en
alguna manera les paresc;;iere que hay bariedad en
lo que escriben, pues vemos que suc;;ediendo un n-uy–
do ·y queriendo tomar el notario la ynformac;;ion,
aunque se hallase mucho número de gente delante,
cada uno lo quenta de su manera, avnque todos di–
zen lo que passó; quanto mas
escr~uir
acaec;;imien–
tos y materias secretas de grande ympor'tanda:. (
1 ) .
En general son los
Quinquenarios
una crónka
d_e bastante
Í~parcialidad
y de exactitud en los he–
chos, y aun
documenta.da. (z) ; aunque
s~
autor con–
dena las famosas
Ordeaánz.as, por ser ,. como
~ran,
fl)
G11errade Quüo,·
cap. CJ.,XVI.
(2)
Pedro Gutiérrez vió muchos papeles de La Gasea, algunos de los
cuales copia en el libro
IV.