XXXIX
indica éste en el Proemio de sus
Quinquenariosj
tal vez se
red~jese
al de amanuense, escogido entre
los soldados como buen pendolista.
Por las breves noticias que nos da de sí mismo
vemos que no' estuvo aquellos años encerrado en
l
Lima: es un hecho probado que militó con Francis-
---------
co de Carvajal en la expedición contra Lope de
Mendoza, que terminó
c~m
la derrota
y
muerte de
éste; la entrada .de los vencedores en La Plata es el
relato de un testigo ocular. En aquella jornada, es·–
cribe Gutiérrez
(1 )
que habló con Morales de Am–
burt ó del Abad, el
resucitado,
personaje grotesco
que parece el elemento cómico del :sangriento dra–
ma de las guerras civilés del Perú'. Condenado á
muerte con otros soldados de Lope de Mendoza,
quedó vivo por haber cumplido el verdugo mal su
oficio.
Un mes después se presentaba ante el mismísi–
mo Carvajal, ante
el cruel carnicero,
vestido con
un hábito como de fraile y asegurando que había re–
sucitado por favor del ciclo.
Carvajal y otros creyeron en el milagro, no sin
dar muestras de espanto; muchos,
y
entre ellos Gu–
tiérrez, se mostraron incrédulos, aunque oían del
soldado redivivo fantásticas narraciones de su vida
(1)
Quinq11marios,-
libro lfJ,
oe.p.
XXXIV.