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venian demandando, y que con esto se concluyrian
y
se acabarian tantas rebueltas como se auian le–
uantado en toda la tierra. Mientras los Oydores.
entendían en estas, cosas y en delibrar
l~
cibdad y
a los vezinos della, el Visorrey andaua muy soli–
cito y cuydadoso en embiar a los nauios mucho&
bastimentas
y'
ituallas, y en mandar meter mucha
leña seca, y en hinchir las pipas de nueuo de bue–
na agua, y assi de otras cosas nescesarias y muy
pertenescientes p a ra la jornada. Por otra parte
mandó buscar muchos cauallos y mulas de car::::a,.
que las auia de sobra, y proueer a los que no tenian
caualgad-uras en que yr, porque todos los cibdada–
nos y moradores y los _capitanes y soldados auian
ele yr por ti erra hasta la cibdad -de Truxillo con el
General Juan Velasquez Vela Nuñez. Y todas la
mugeres chicas y grandes que auia en la cibdad
auian de yr
por
la mar con el Visorrey, junta–
mente con los quatro Oydores
1
que los queria lle–
nar por delante para hazer Audiencia en donde
quiera que estuuiesse, y mq,s la CoBtaduria de Su
Magestad. Sabiendo el Oydor Diego Vasquez de
<;epeda que el Visorrey aderesc;aua con presteza
los nauios para yrse, rezelandose que lo lleuarian
por fuerc;a
y
contra su voluntad a embarcar, forta-
- lecio vn castillejo que tenia a Ja esquina de su casa
con muchas armas y bastimentas para muchos,.
dias. Assimismo puso en este castille jo doze hom–
bres bien armados, los quales, como eran sus gran–
des amigos, estauan siempre en su casa para que
i los uviess e menester los hallasse luego y le de–
ff
ndiessen la
per~ona
y la vida si alguno le qui-