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quien encargar este nego io t n dudo o y p
li
·ro–
so, ni se atreuia a de ·ubrir a n di u peo mien–
to, porque le pare cia que no uria hombr t n
ossado y atreuido qu lo o a
pen ar, quanti
mas acometer . Ma en fin, a ord· ndo del capi–
tan Martín de Roble
u yntimo él;mio-o, que ra
hombr muy ori:;ullo o d quanto hombr el Vi–
sorrey tenia, det.ermino d e lo d ezir a el ma qu
otro alt>·uno, pa_ra que effetua e l e te ne ·ocio
porque si con ello alía e podria libr r toda 1
tierra d
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t mor .tan o-rand que n lo animo
d _todos
e
auia metido . De manera qu con id -
radas e ta co a con otras mucha , lo embio a
llamar, porque supo que e taua mal con el Vi o–
rrey, el qual venido lo metio ecr tam nte en vna
camara auiendo e primero ha lado y alud do, y
cerrando la puerta })or el gran peli ·ro que auia
si los oyessen, entre otras platica . ·en rale
y
• particular . qu con el tuuo le di o lo i ·uiente:
eñor capitan, yo o embié a lla!'Jlar para dezi–
ros ciertas co as ecretas que atañ
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y conuienen.
mucho al eruicio de Dio
y
al d Su
Ma
0 ·
tad,
y
a vue tra honrra
y
vida orno a la mia y a la d
todo lo cibdadano
morador de ta cibdad y
d _toda la ti rra y pue he determinado de o las
~
· dezir, bien era que ten ·ai atencion n lo que o
dixere, guardandome en todo
sec~eto.
Quanto a lo
primero
bie~ .
abe i y lo abemo todo · como el
Vi orre), in te n r cau a ni razon par ' llo, ha
determinado contra toda ju tici a de embarcar
todos quanto morador y v zino ay en e ta db–
dad con u muo-ere , hjjo y famili a d e pobl n-