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y podrido t nía entendido por otra parte qu lo
dexarian y no lo lleuarian, por ser muy ami ·o de
Visorrey, mas e.mpero no dexaua por esso de reze–
larse mucho. · Pues ¿que diremo del lic nciado
Juan Aluarez, sino que como hombre bien, t -.
m eroso y pal).oroso, andaua entre dos aguas y
como dizen entre la cruz
y
el
ª~=;ua
bendita, porque
1
Visorrey e. taua muy mal con
1
de de los dia ,
atras quando lle ·aron a Panama y por otras cau-
as y razone que auia muy ligitimas? Tambien
supo que Juan Aluárez andaua ecretamente vr–
diendo con gran solicitud u pris. ion, al qual embio
a llamar
y
lo me tio d entro de una camara para sa–
ber del la verdad de todo lo que pa saua entre los.
otros Oydores, y le p1-eg-unto si era vei'dad qu e lo
queri'an prender el y sus compañeros y que le dixe–
sse la verdad. Juan Aluarez nego reziamente con
jur_amento, diziendole palabras de gran re pecto
y
comedimiento, haziendo mucha aluas, y el Vi o–
rrey le dio algun credito, aunque no sin alguna
ospecha,
)
as i e capo con la vida, ·ca estuuo en
gran peligro, porque
i
el Visorrey le tomara en
alguna palabra le diera de puñaladas; mas no por
esso dexo de le embiar otros
S<:Y
arcabuz~ros
pa–
ra. que le guarda s en, como auia hecho a los otros.
tres. D e manera qu e lo quatro Oydores
y
los tre
of:ficiales de Su Magestad los vezinos y moradores.
y
lo~.
demas que estauan en la cibdad, andauan n
estos días tan aziao-o muy conffusos y amedren–
tado y ci cado de miedo que ya no lo podían u–
frfr,
y a
i
no comian ni dormían con sabor, sino
con obre alto quando lo llamarían. El Oydor