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cho el V,isorrey, y luego se boluio con furia a los
que con el ·estauan y les mandó a vozes diziendo:
Jmatalde caualleros, matalde!, -que es vn traydor
y enemigo de Su Magestad, que ·se ha conffedera–
do con el traydor de Gonc;alo Pic;arro; y ellos no
lo quissieron hazer . Visto por el Visorrey que nin–
guno se atreuia, ni queria poner manos en el Fac–
tor, mandó a su paje Juan
d~
Vrbina
y
a los ala–
barderos, con
amena~as
de que los haria ahorcar
sinó
lo
acabauan ellos de matar, y que no tuuies–
sen miedo de ninguno, pues estaua el delante y lo
mandaua. Juan de Vrbina y los alabarderos, cre–
yendo que el Visorrey, con la furia que tenia, los
hat"ia matar si no hazian lo que les rnandaua, le
-0bedescieron mas de mi<Sdo que de voluntad,
y
assi Juan
9-e
Vrbina con vna espada, y
los
alabar–
deros coir-1as _
al~bardas, ~ le
comenc;aron a herir
estando el Factor caydo en vn rincon de la cama–
ra, pidiendq a Dio's del cielo misericordia
y
perdon
de sus peccados. Parte de los caualleros que
ftlli
... ·estauan dieron vozes a los alabarderos y al paje,
que no hiziessen tan gran crueldad, ni tocassen al
Factor; no aprouecho nada, porque el Visorréy los
amenazaua mucho para que lo acabassen de ma-
tar. Otros, corno vieron caydo al Factor y que el
Visorrey mandaua a los alabarderos que lo aca–
bassen de matar, se pussieron delante del de rodi-
.¡:.
Has suplicandole humillmente perdonasse al Fac-
tor, por amor de Dios y de Nuestra Señora; y
.como el estaua eri aquel punto ciego
y
sordo
y
<listraydo de la razon,
y
con el enojo y passion que
tenia, no oyo cosa alguna
d~
lo
qu~
le dezian.