i
•
256
ellos venidos,_ les hablo y dixo lo que con Alonso
de Toro auia passado acerca del cargo de Maestro
de Campo que auia tenido, del qual auia ya hecho
dexacion. Y pues que auia hecho esto, que buscas–
sen entre si tal persona qual con1:1eniesse, que
fuesse habil y sufficiente para dalle el cargo· de
Maestro de campo, que él se lo encomendaria,
pues el capitan Alonso de Toro se auia apartado
del con muy entera y buena voluntad. Los capita–
nes y soldados le dieron por esta merced muchas
gracias, y apartandose de alli luego comen<;aro1a
con diligencia a buscar alguna persona entre
quantos capitanes auia y hombres valerosos y sol–
dados de los mas praticos y principales del exer–
cito, que fuese tal qual concurriesse en el. sabidu–
ría_, destreza y esperiencia en las cosas que conue–
nian y tocau-an a la guerra, al qual hallaron como
ellos lo desseauan. Hallado el tal hombre lo dixe–
ron a Gonc;alo Pic;arro, ynfformandole de sus abi–
lida4_es, astucias, sotilezas-, ardides y esperiencia
que tenia, y sobre todo que entendia muy bjen to–
das las cosas que a la guerra conuenian, y que por
ser tal, el Gouernador Vaca de Castro le auia
nombrado por sargento mayor del camp0 de Su
Magestad, como a todos constaua, al tiempo que
dio batalla a Don Diego de Almagro el moc;o, en
los campos de Chupas. Y para que supiesse por
entero quien era, le dixeron que era Francisco de
Carauajal, vezino de la cibdad del Cuzco, su gran–
de amigo_, que los dias a tras auia embiado por él,
que se y1!la a España, y este tenia en su vezindad
vn buen repartimiento que Vaca de Castro le auia