254
,
hazer lo haria
y
consintiria muy de buena volun–
tad, y que no querria que dixesse ,despues que por
le querer mal_le auié!- quitado el cargo para dallo a
-otro,
y
que todo lo dexaua en su mano para que
hiziesse lo que el mas quissiesse. Assi le dixo estas
~osas,
con otras muchas de gran amor y comedi–
miento, para ganalle la voluntad
y
el beneplacito,
<:a no le quería enojar por ser su grande amigo y
porque no se fuesse ni ausentasse del exército,
porque si el se yua luego le auian de seguir mu–
-chos de los que no se quexauan del, por s er hom- _
bre rico y valeroso en la tierra, que tenia rnuclios
· amigos en ella. Alonso de Toro, como era bien en–
tendido, aunque brauo y cruel, no rescibio ningu–
na pesadumbre ni alteracion, antes, como bien co–
medido, respondio muy a proposito de lo que Gon–
c;alo Pic;arro le auia dicho, considerando en todo
quanto le ·auia pi-opuesto que tenia mucha razon,
por lo qual determinó de le contentar, y dixo lo si:
guiente:
Señor General, a mi me pessa verdaderamente
de
todo lo que de mi se dize; que cierto, yo no auia
mirado en ello, porque tenia entendido que en
todo lo que yo hazia para seruir a v. m. acertaua,
y_
pa~esceme
que ha sido todo al reues; pues por
mi causa y respecto se quieren amotinar los que
v. m. dize, para yrse al Visorrey, razones y justo
qqe dexe el cargo, pues en ello hago seruicib a
v. m. y plazer a los caualleros que de mi se que–
xan. No es bien que por solo vn hombre como yo
se pierda v. m. y tanto cauallero como estan en
este exercito, antes suplico a v. m. muy encares-