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el Maestro de campo Francisco de Carauajal les
di;rn,_adelante se dirá. Pues hemos dicho que Fran–
dsco de Carauajal era Maestro de campo de lo$
rebeldes, bien sera que digamos primero como lo
fue,
y
por que quitaron este cargo al capitan Alon·
so de Toro
y
lo dieron a este ferocissim<J hombre.
Aueis de saber que ciertos capitanes
y
hombres
pr.i.ncipales
y
muchos soldados del campo comen–
\:aron de quexarsse brauamente de Alonso de To–
ro, de quan brauo y aspero de
condiséio~~-a,
y que
trataua muy mal de palabra a los soldados, llamaµ–
dolos de vellácos} traydores,
y
que si los apañauá
los mandaria cruelmente azotar,
y
assi les dezia
{)tras palabras ynjuriosas
y
muy feas, y esto por
li-
. uianas cosas. Y de aquí procedio que comern;aron
a.
dezir todos ·que si el General no quitaua el car–
go al capitan Alonso de Toro, que se amotinarian
y
se yrian al Visorrey a seruir a Su Magestad. No
faltó
quien de todas estas cosas auissasse al tira·
no, de lo qual le pesso en gran manera en saber
que algunos de sus
~apitanes
y muchos ·soldados
que se preciauan de honi-rosos hablauan libremen·
te contra el, porque del hablar _s uelen venir a ja__
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1
obra y a descomedirse,. en especial en vn
exén~ito
de tiranos, porque los capitanes son .mas obligados
de
rogar~
a los soldados, que a mandallos.
_m
tira-
l.f
~~
no, por euitar que ninguno de los suyos se que·
xa:sse del, y por apartar de si muehos ynconue–
nientes que se podrian recrescer con estos azora–
mientos, y para auellos de castiga.r a todos, que
era~
muchos, no se atreuio por entonces. Y por
los aplacar y dar contento determinó. de quitar el
l.