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y ,
assi se comen<;o a quexar en vano a Dios del
cielo y a sancta Maria su madre, pidiendo fabor al
Papa y a Su Magestad, y a protestar y a requerir
al Maestro de campo y a los soldados que no le
...desnudassen, ni allegassen a el para lo matar, que
cayria,n en gran descomunion y que no los podria
absoluer nadie sino el Papa, haziendo gran satis–
facion. ¿Mas que aprouecha
?;
que era dar vozes
al desierto, porque los soldados se reyan de todo
lo que dezia, y mofauan del diziendole mill donay–
res y desuerguern;as; y con esto lo embiaron. hazia
Lima, e]). calc;as L._en jubon y_sin <;.§:J2ªt._9 ._ni sor:i–
br:_ero, y dende algunos dias llegó a la cibdad de
Lima y se presento ante el Visorrey de la suerte
que venia. Hernando Cauallos se quedó con el ti–
rano, mas de miedo que de voluntad, y . dixo que
no auia salido de Lima sino con proposito de ser–
uir a Gonc;:alo .Pic;arro, y desta manera y por ruego
de
hombr~s
buenos escapó de ser ahorcado i por–
que sospecharon que traya algunos papeles del
Visorrey. Quando el Visorrey vido al padre Bal-
hasar de Loaysa tan maltratado de los tiranos,
fue muy grande el enojo que rescibio, que no se
como lo diga, ní con que palabras lo encarezca,
porque el bramaua, gruñia y daua vozes, diziendo
J
•
con grandissima rauia que todos los hombres que
auia en la tierra eran traydores y femen!idos. En
especial maldezia grandemente a Gonc;alo Pic;arro
y
a
tod~
quantos con el venian, a los quales lla–
maua a grandes vozes de traydores, desc_omu.lZa-
¡
..
do~,
cismaticos y ereges, y con esto dezia otras
muchas -cosas; que cuáñdo assi se enojaua no auia