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al y sus compañeros auian rescibido cartas del
Visorrey, con las demas cosas que sus amigos les
auian escripto desde Lima, se enojo brauamente
contra ellos, y no se atreuio a ·prendellos porque
eran valerosós en la tierra y tenian en el exercito
muchos amig-os que los vandeauan, y por esso lo
dissimuló por entonces lo mejor que pudo. Mas
con todo esto mandó secretamente al Maestro de
campo Alonso de Toro
y
cier'tos_soldados de gran
confian9a y amigos suyos, que de dia y de noche
los espiassen
y
mirassen por ellos y los guardassen
de tal suerte que no supiessen ellos
CQS~
alguna,
y assi se hizo. Al Padre Loaysa, porque otro dia
no fuesse ni anduuiesse con otros mensajes, y por–
que otros escarmentassen en cabe<;a agena, le qui–
sieron matar; mas, en fin,
pof
ser sacerdote de
misa lo dexaron,
y
porque el tirano lo mandó. El
Maestro de campd, como
ministr~
maluado lo sa–
có fuera del
~xercito
y
lo lleuó a vna cueua, en
donde le tuuo algunos días para le dar tormento,
mas, al fin, los ·soldados le desnudaron los vestidos
que tra} a y las botas que tenia, y esto hizieron
con gran furia. Y le dixeron que quando Sant Pe–
dro apostol estaua en este mundo, que anduuo
'
de-sc~l<;o
y sin sombrero, y a pie, predicando a las
gentes para que fuessen buenas, y que a su ymita–
cion anduuiesse ansi_predicando a los capitanes y
. soldados d e _Ju_an Blas para que se viniessen al
seruicio de Gon<;alo Pi9arro, que. venia a libertar
toda la tierra . .Quando el Padre Loaysa se vido
tratar de aquella suerte, temio con gran temor,
teniendo creydo que lo desnudauan para matallo,