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gran furia a .su maestro de Campo, Alonso deTorot-·
que
Jo
truxesse delé:lnte de si, porque lo deseaua.
mucho ver. Alonso de Toro lo truxo
y
lo metio–
dentro de vna tienda donde Gorn;alo Pi c;arro lo es–
t<:tua
aguardando~
y le dixo: veamos, Padre Loay-·
sa, ¿paresceos bien de la vellaqueria que contra.
mi ,aueis vsado en au eros ydo de mi exercito a esse
Blasco Nuñez Vela, amotinando tanto hombre de
bfen como los all}Otinastes en el Cuzco? ¿Y agora
venir con tan poca verguern;a en traer tan malos
recaud@s para mis capitanes y soldados?;
y
vos.
¿pensais que no sabia de vuestra venida?
j~ro
a
Nuestra Señora q?e si no mirara que
so~·s
sacer–
dote yo os mandara hazer luego pedac;os,
y
aun
estoy por lo m4ndar hazer, porque es officio de los.
demonios
y
de vellacos. Pero dexado esto aparte,
dezidme agora a quien truxistes cartas
y
recaudos.
de Blasco .Nuñez Vela,
y
a quien- las distes, y con
quantos aueis hablado; y mirad que m e dig-ajs la
verdad antes que me enoje de veras, porque os.
hare dezir por fuerc;a lo que de grado podreis ha·
zer. Viendose el padre Loaysa tan apretado
y
de-.
lante del mas brauo tirano que auia en la tierra,.
tuuo entendido que lo auian e matar, porque
sintio que el Maestro de campo andaua buscando.
cabestros .Para ahorcalle, o dalle tormento,
y
con
esto temio con gran temor
y
dixo a Gonc;alo Pi–
c;arro todo lo que quería saber; por lo qual declaré?·
a quien auia dado las cartas
y
con quantos auia.
hablado, y entre ellos
n~mbró
á
los qu'á.tr9 qu.e no.
la~
mostraron/ Sabiendo el tirano que Gaspar Ro·
driguez de Camporedondo
y
el licenciado Caraua
/