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<los, vieron lo[s] en ellas contenido[s] ser todos muy
buenos, mas para en cumplimiento dellos no supie–
ron lo que auian [de] determinar, ni que responder,
por lo qual estauan perplexos y dudosos, porque
.a
muchos dellos se les auia resfriado la gana que
tuuieron los dias atras de huyrse, como queda ya
dicho. Viendo los ynconsiderados 3 mal mirados
hombres que por entonces no auia lugar, como
ellos dezian, de hazer lo que en
lo~
perdones se
contenia, ni de responder al Visorrey, por el gran
peligro que auia, se fueron al tirano, por temor
que tl;luieron del que este secreto se sabtia luego,
1
o porque entonces le querian ya bien, [y] le dieron
luego los recaudos que les auian embiado, para que
conosciesse en ellos la fidelidad
y
amor que le te-
nian. Gaspar Rodriguez de Camporedondo, el
licenciado Benito Juarez de Carauajal, Philipe Gu–
tietrez y Arias Maldonado, no mostraron las carm
tas del Visorrey, [de] Geronimo de la Serna, del
Factor
y
de los demas que les auian escripto, cre–
yendo que estas cosas se hazian muy de secreto y
que no vernian a noticia del tirano, y assi se calla–
roir":··Gorn;alo Pi<;arro, desque vido las cartas y
recaudos que el Visorrey embiaua a los suyos, se
enojó brauamente dello y dixo muchas palabras de
gran passion y enojo contra el Visorrey, y pregun–
tó luego quien era el hombre tan atreuido que auia
traydo aquellos-tan malos recaudos, y que era lo
que ellos sentian en aquel casso, o qúe querian ha–
zer. Ellos respondieron que el padre Balthasar de
Loaysa los auia traydo, aunque estaua ya auissado
dello desde Lima, por lo qual mandó luego con