DE LA HEVOL CION DE 1 'GLATEIU\,\.
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girse
á
la gran sala de Westmin ter: al frente iba el pre idente lol'd
Brad haw ; llevaban delante de él la e pada
y
maza; diez y sei oficiale
armados de partesanas precedian al tribunal.
El pre idente e sentó en un sillon de terciopelo carníesi ;
á
su pi
e veia el ecretario entado en frente de una me a cubierta de rica al–
fombra de Turquía,
y
obre la que se babia colocado la espl da
y
lama–
za ;
á
derecha
é
izquierda, sobre asientos de e carlata, los miembros del
tribunal ;
á
los do estremos los maceros un poco ma adelante del tri–
bunal.
In
talado este, se abrieron todas las puerta ; la rnuchedumbre e
precipitó
á
la sala : ro Lablecido el silencio y de pues ele la lectura del
acta de la cámara que instituia el tribunal, e hizo nominal llamamiento ;.
sesenta y nueve miembros estaban presentes. «Ujier , dijo Drad haw,
mandad comparecer el preso.
1\..pareció el rey, bajo la guarda dei coronel Hacker y treinta y dos
oficiales ; un sillon de terciopelo carmesí Je estaba preparado en la bar–
ra : se adelantó hácia él, mirando severa y fijamente al tribunal ; ocupó
el sillon sin quitarse el sombrero ; se levantó frecuentemente, miró de–
trás de si'la guardia situada
a
la izquierda, y la mu!Litud de lo especta–
dores á la derecha de la
i
la, dirigió una mirada
á
los jueces, y despues
volvió á ocupar suasiento en medio del silenciu uní er al.
Bradshaw se levanta al instante : «Cárlos E tuardo, reyde Ioglater;–
ra, le dijo, los Diputados de Inglaterra reunidos en parlamento, profun–
damente penetrados de los males que han caído sobre esta nacion, y de
los que sois considerado como el principal autor, han resuelto perseguir
el crimen de angre; con esta intencion han in tituido este supremo tri–
bunal de justicia, delante del cual compareceis hoy. Vais á saber los car–
gos que se os bacen.
n
El procurador general Coke se levantó para tomar Ja palabra:
«
ilen–
cío 1
»
dijo el rey tocándole von subaston en Ja espalda; Cokese volvió
á
min¡.rlo lleno de írritacion y de sorpresa; el puñodel baston del reybabia
caído ·al suelo : momentánea aunque profunda turbacion apareció en sus
facciones; ninguno de sus servidores estaba alli para cogerle el puño; se
bajó, lo cogió él mismo, se volvió
á
sentar, y Coke leyó el acta de la
acusacion, que imputaba al rey todos los males nacidos de su tiranía, y
luego de la guerra, y pedía que estuviese obligado á responder á los cel r–
gos y que se le condenase como
á
tirano, trai or yasesino.
Durante esta lectura, el reysiempre senlado dirigía ya sobré los jue–
ces, ya sobre el pueblo, tranquilas mirada : cierto momento o levantó
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