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nE LA. REVOL CION DE TNGLATEnnA.
5-9
conducido. Al levantarse vió la e pada que estaba en la me a: «Yo no·
tengo miedo de e ta,>) dijÓ señalándola con su palo. Al bajar la escale–
l'a se o eron algunas voce que clamaban : <<Justicia l Justicia!
n
Pe–
ro mucbo mayor número gritaba: << Dio guarde al 1·e ! Dio
alve
ií.
V.M.lii
Al otro dia al abrirse la esion babia sesenta y dos miembros pre-
ente ; se mandó bajo pena de encarcelamiento que se guardase el mas
vrofundo silencio : el rey á u llegada) no dejó de ser acogido con viva
aclamacion. Empezó la misma di 'cusion igualmente ob tinada por ambas
partes:
«
eñor, dijo finalmente Bradshaw, ni vos ni nadie erá admitido
á
rehusar tribunal que está aqui sentado por autoridad de los diputado
Lle Inglaterra, ante lo cuale .vo
vue tros antece ore habei
ido
responsables.
El
1'ey :
Lo niego ; mostradme un anlecedent .
Brad baw se levantó encolerizado.
Bradshaw :
eñor, no estamos aqui para responder á vuestra pre–
guntas; responded á la acusacion si sois
citlpado
ó no
culpado.
El 1·ey :
Aun no habeis oido mis razones.
Brndshaw :
inguna razon podeis alegar contra la mas suprema de
toda las juri dicciones.
El rey :
Iostradme pues esta jurisdiccion) que no se entiende de
razones.
Bradshaw :
Ya os la mostramo aqui : e tos son los diputados de
Inglaterra : que se lleven al preso.
El re.y se dirigió al pueblo : «tened presente, dijo, que el rey de
In–
glaterra es condenado sin que le sea permitido dar us razones en favor
de la libertad del pueblo! n y un grito casi general e clamó : «Dio alve
al rey! >>
La sesion del otro día, 25 enero, produjo las misma e cena : ia
impatía del pueblo hácia el rey crecía cada día mas y mas; en vano lo
oficiales y soldado irritados clamaban á u vez : «Justicia l ejecucion l
n
La multitud aterrada callaba un instante, pero luego por cualquier acci–
dente,
oh~daba
u temor y el grito de <<Dios salve al rey l» re onaba por
todas partes. En las mismas filas del ejército tuvo lugar : el 23) pasando
árlo por ellas al salir de la sesion, un oldado de la guardia dijo ba -
tanle alto : <<
eñor, Dios os bendiga l» un oficial le sacudió con u ba -
ton : «Caballero , dijo el rey alejándose, el ca ligo sobrepuja. la falta.»
Al mi mo tiempo llegaban de afuera repre entacione , pa o poco
t
mi-