324
111 TOIUA
mi alianza, ni le es po ible a egurar su triunfo.-Guardao , señor, dij
Lind ey; esta gente no e mu ven
á
impul ode tales máxima ; acu-r–
de e
V. M.
de Hamptoncourt.-Coronel, pr guntó Richmond
á
Cook
¿cómo habei pa ado?
Coolc:
é el santo y seña.
Ri'climond :
¿Lograrei hac rme pa ·ar?
Cook :
o lo dudo.
Richmond tomó un capole de oldado · .ali ron , pa aron por toda,
las guardias, y volvieron sin ob táculo . De r gre o on
1
r y, cor a de
una ventana, los dos lores renovaron con ardor sus instancias; el ccro–
nel, lodo inundado de agua, estaba solo delante del hogar.
<(
Jed Cook,
le dijo bruscamente el rey dirígiéndose á
1,
¿qµé me a onsejai ?ll ook
de pues de algunas vacila'oiones contestó :
((El
rey
lie~e
aqui su on -
jero .- o, no, querido ed , os mando que me dei vu lrn parecer.
Cook :
Muy bieul señor, permítame
V. M.
hacerle una pr gunla.
El
rey :
Hablad.
ook :
i no solamente digo y pruebo tambien á
Y. hl.
qu l ej r–
·cilo quiere a egurarse de su persona ; i añado que
sé
la onlra eña, quC'
ha caballos cerca de aquí, y un barco á mi servicio que
e
lá perando ·
que e toy pronto
á
acompañar
1
rey; que e ta noche tan n gra par
á
propó ilo ; que po eo ningun ob táculo : ¿qué hará .
I.?
Cárlos guardó un momento dG silencio; de pues · a udiendo la aheza
contestó : « o puedo determinarme : ellos me han dado u palabra, '
les he dado la mia, y no quiere faltar.
Cook :
Pero , señor, presumo que esta palabra iba dirigida al parla–
mento ; ahora todo ha cambiado; es el ejército quien quiere
a1
odprar~
de . M.
El rey:
No importa; yo no faltaré
á
mi palabra: buena no h ,
ed; buenas noche , Lindsey, me voy á dormir cuanto pueda.
ook :
eñor, ospecho que no podrei dormir mucho.
El rey :
Tanto como quiera Dio .
Era la una ; separárons , y árlos e acostó ; RichmonJ qu dú olo
.oeerca de él.
Al amanecer llamaron
á
la puerta : ¿ uién soi ? qu querei
?
pr -
guntó Richmond.- ficiales del
j
rcilo qu viea n para hablar al re .ll
Ricbmond no abrió e perando
á
qu e lu i e e Lido el r y· vol i ron
á
llamar de nuevo,
y
con violen ia : «Abrid, dijo árlo al duque; anl
que estuviese fu ra de u ama mucho ofi ial , on 1
l
ni nte roroool