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DE LA l\EVOL C!ON
DE
INGLATEHHA .
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para poder vivir.. . i algun miembro de esla cámara me envidia esta s -
ñale de favor real, consienlo en que se me lrale como á apóstata ó
fa–
orilo del rey
.1>
Habló en seguida mucha .horas di cutiendo minuciosamente toda
la proposiciones del rey ,
la~
prelen iones del ejércilo, considerando
bajo sus diferentes estados al parlamenlo y al pais, grave sin pedantería,
palélico in afeclacion, sumamente elevado por la energla y desinterés de
u conciencia, fuera del alcance de las pasiones de su secta, de lo defec–
to de u propio carácter y de su propio talento :
«
eñor presidente,
dijo anles de acabar, e dice que i descontentamos al ejér ito e tamos
perdidos, uno de sus jefe acaba de decirno '}Ue depondrá la armas, y
no nos servirá ma ; y entonces dice, ¿qué será de no olro
y
nueslros
fiele amigos? i debiese ser así poco caso baria yo, lo confie o, de unos
tale ér idore , inconstante y revoltosos ha ta tal punto ; yo no dudo
que si el ejér ilo nos abandona, Dios y el rey estarán por nosotros ; y
i l rey y no otros nos llegásemo á entender mediante este lratado, no
tendrlamo mucha necesidad, eg·un creo de lo futuro servicios del
ejército. De todos modo ea lo que sea,
fiat justitia, nwt
cwlwn ;
ha–
gamos nue tro deber, y dejemos á Dio que baga su voluntad. n La
á–
mara e ucbó e te di cur o, conla mas profunda atencion;
er~n
las nueve
de la mañana; la esion duró ma de veinte
y
cuatro hora ; 244 miem–
bro e laban aun entados; e llegó por fin á la votacion
e deci–
dió por
140
votos contra
J
4 que la contestacion del rey era propia para
ervir de fundamento
á
la paz .
Todo poder e escapaba de mano de lo independientes; lo babian
llegado á lemer ; todo lo miembro con cuyo voto contaban se habían
r tirado ó al jado. En vano Ludlow, Hutchin on, y alguno otros para
poner algun embarazo á la cámara, prote ta.ron contra esta deci ion; se
rechazaron u de eos orno contrario á Jos uso de la cámara, sin in–
quiela1 e por lo que querian manifestar.
salir de la se ion lo del par–
tido vencido e reunieron ; un sin número de oficiala que habían llegado
por la mañana del cuartel general e juntaron á ello : el peligro era in–
minente; orno dueños del ej rcito, tenían en la
m~no
la resi tencia ;
fa~
nático sin ero , óliberlino ambicio o , ninguna in titucion, ninguna ley n1
co~tumbre
le imponía : para lo uno' ra un deber sal ar la buena causa
para lo otro una nece idad. on inieron en que ei de us miembros,
tre diputado tr oficiales e enoargarian de los preparativo . Pa aron
junto mu ha hora con ultando la Ji ta de lo diputado , examinando