DE LA llEVOL CION DE lNGLATERRA.
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con la fuerza, y que nunca había deSado de aspirar al poder ab oluto ;·
finalmerite se echaba de ver, que
á
pe ar de su prote
tas
tanta veces
repetidas, se dirigia al rey de Francia , al duque de Lorena y
á
todos
lo prlncipe del continente para introducir en su reino soldados es–
tranjero . El nombre mismo de parlamento que babia dado
á
las cáma–
ra para obtener las conferencias de Uxbridge, era en su boca una men–
tira, porque SP,cretamente babia protestado contra este pa o oficial en lo
r gi tros de Ja municipalidad de Oxford. Todos los ciudadano fueron
invitados á que se convenciePan por sus propios ojos que las carta eran
verdaderamente de mano del rey : de pue de la asamblea de Gilildhall
el parlamel'.llo la hizo publicar.
El encono fue general en todas partes, y los amigos de Ja paz tuvie–
ron que enmud cer. En vano probaron algunqs
á
declarar e contra esta
publicacion, violacion brutal, decían, de los secretos domésticos. Pre–
guntaban
i
era posible dar fé
á
su autenticidad, ó·si era probable que
l contenido de una cartas se hubiese mutilado y otras suprimido ; in–
iouaban que alguno miembros de las cámara habían negociado con
meno franqueza y deseo de paz : pero el pueblo no admite escusa ni
e plica ·ion alguna desde que sabe que se le ba querido engañar. Amas
de que era evidente en todo caso la mala fé del rey,
y
para hacer la paz
se nece itaba confianza. Por lo tanto no se habló
ya
de guerra; se ac–
tivó el ali tamiento, la recaudacioa de tributo , y la venta de bienes de
lo delincuente . Los e coce e coa inlieron por último en internar e en el
reino, yFairfax, no encontrando ma fugitivos que per eguir se puso en
mo imiento hácia lo condado del Oeste para terminar la espedicion que
1 iti de Oxford le babia hecho abandonar.
Todo había mudado en e to condados , baluarte hasta entonce' de
la au a
I'
al, no porque la opinion del pueblo e hubiese de0idido en
fa or del parlamento, sino porque era indiferente para el rey.
E
te
tenia n aquello condado todavia alguno cuerpo de tropas y conser–
vaba toda la plaza ; pero no hacían a la guerra bombras grave , de
reputa ion, populare y amigos desinlere ados de la corona , como·el
marque de Ilerlford, ir Bevil reenville, lord Hopton, Trevannion y
lanniog; alguno de esto habían perecido, otros e taban disgu tados,
ó
habian ido acrificado , por la debilidad del rey al impulso de intrigas
rtesaoa . En tugar de llo , mandaban dos libertinos y codiciosos ca–
ballero : lol'd oring sir Ricardo reenville,
á
quiene ningun princi-
1io ni
entu.iamo unia á la cau a real, pue olo eian en la guerra un
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