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macion de lo parlamentario· , e replegó obre Leicester para reunir u
tropas y e perar las que debian llegarle dentro de poco' días asi del pal ·
de Galles como de los condados del Oeste. Al dia siguiente,
á
la hora de
enar , era la misma su confianza y no pen aba en presentar batalla,
cuando le participaron que lo escuadrones parlamentarios picaban su re–
Laguardia. Cromwell acababa de llegar. Convocóse al punto un consejo
<le guerra,
y
á
la media noche,
á
pesar de la resistencia de muchos ofi–
ciales, que opinaban porque se
e
perasen refuerzos, logró er príncipe Ro–
berto que se marchase contra el enemig·o.
El encuentro tuvo lugar
á
la mañana siguiente, sobre la colina de
~seby, al Norde te de Northampton. Al rayar el alba se encontraba l
jército del rey, alineado en batalla sobre una pequeña altura, en una
posicion ventajosa. Algunos ginetes enviados
á
practicar un recono
i–
miento volvieron diciendo que no veían
á
los parlamenlario . Impaciente
Roberto, avanzó con algunos escuadrones,
y
resolvió que hasta u vuelta
permanecería inmóvil el fljército. No bien habría andado media legua,
cuando se presento la vanguardia enemiga. Creyó en su exaltacion el
príncipe que se retiraba el enemigo,
y
e adelantó ma , enviando
á
de- ·
cir al
rey
que se le reuniese al instante para que no se les escapase la co–
yuntura. Alas diez llegaron algo can ados los realistas; y Roberto
á
la
cabeza de la caballería del ala derecha se arrojó sob1 e la izquierda de los
parlamentarios, mandada por Ireton, que fue posteriormente yerno de
Cromwell.
asi al propio tiempo este general con los escuadrones de su ala de–
recha atacó la izquierda del rey, formada por los caballero del condado
del Norte, al mando de ir Marmaduke Langdale; poco despues, amba
infanterías colocadas en el centro, una bajo las órdenes de Fairfax y kip–
pon,
y
otra bajo las del mismo rey, \'inieron
á
las mano . inguna accion
había hasta entonces sido tan general
y
tan encarnizada. Ambos ejército
eran casi iguales en fuerza numérica: ebrios de confianza Jos caballeros,
tenían por santo la palabra :
1·eina :1'laria;
constantes ensu fé Jos parla–
mentario
~
avanzaban antando :
Dios nos asiste.
La primera carga del
prín ipe Roberto fue feliz c mo iempl'e; despues de una viva refriega
quedaron rotos Jos escuadrone de Ircton; este mismo jefe, acribillado de
herida cayó por uno momentos en poder de los,caballeros. Pero mien–
tras Roberto, víctima siempre de una misma falla, perseguía al enemigo
hasta lo bagajes del campamento
y
perdía el tiempo en atacarlos con la
esperanza del botin, rom\ ell, dueño de si mismo
y
de los suyos como