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111 TOnl
lantado del Oeste al E te, lord Newcastle, vencedor en el condado de
1ork, habria pa.ado del Norte al ud, reuniéndo e dos grandes ejércitos
rcali ta junto
á
la capital. e pues de la torna de Bristol, e apresuró
Cárlo
á
enviar un m n ajero
á
lord ewcastle para la ejecucion de aquel
plan. Pero los magnates realista no eran muy dócile ,. habían recibido
del monarca una corni ion y no un poder, y contento con sostener su
cau a alll donde tenían inOuencia, no e tabanmu di puesto
á
mudar de
' na en su corr rias. ewca tle, altivo, magnífico, amigo de la pom–
p ma no de la fatiga y las cootradícaione , y rodeado de una córle l\via–
na agradable, no quiso hacer un papel o curo n Oxford, ni confundir
u
j
rcito con el del rey para e lar
á
la órdenes de un príncipe tan
~ro
ero como era Roberto. Despue de haber e cuchado las propo icione
uel man ajero Warwik :
<<
Ie
acuerdo, dijo, de la hi toria del rebelde
irland Tyrone hecho prisionero por el. irey Mountjoy y pre entado
á
la reina I abel.
1
ver el irlandé en lo salone de Whitehall el poco ca o
que bacian del virey,
y
que e te tenia que e perar como lo demás que
. presentase la reina , e volvió
á
uno de su compatriotas y le dijo :–
Jo
humilla en estr moque me haya hecho pri ionero un hombre que me
parecía podero o y al que veo ahora confuncliuo con la muchedumbre
aguardando
á
que pase una rnujer.-Por mi parte, no puedo dejar el
ondado de York ha
la
que Bull no ea nue tro.1>
Warwik trasmitió temensaje al rey, que no. e atre
ió
á
quejar e.
Algunos le acon ajaban todavia que e dirigie e obre Lóndre , la _reina
entre llos, pero
á
árlo le gu taban m4 poco la empre a aventu–
radas, menos por temor del peligro que por no omprometer u dignidad.
Muy presente tenia la campaña del año anterior, en que le fue preci o
retroced r. Iuchos oficiala opinaban por el itio d loce ter, uno de–
sintere adamante, y otro con la e paranza de un ri o botin ; el coronel
L gg se anagloriaba de tener relaciones que le serian .mu útiles con el
gobernador de la plaza. El roy e de idió por fin , y
1
10
de ago to, u
jército, mandado por
1
mi mo, ocupó la colina que
domina~
la pobla–
cion, defendida olam nte por
1,500
hombr y u habitantes. Al punto
intimó la rendicion, dando dos horas para r ponder. Antes de que
hubiesen tra ourrido e pre anta.ron do diputados de Glo e ter, flaco ,
pálidos, ra ados lo cabello
y
vestido de n gro :
c1
Llevamo , dijeron,
una re pue ta de la piadosa ciudad de looe ter.
n
Fu ron conducido
delante de . M. y la leyeron :
<<
osotro , habitante , magi trado , ofi–
ciales
y
soldados de Glocester, damo al man-aje de V. M. la re petuo a