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DE L flEVOLlJCIO ' DE INGLATEflfü\ .
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los clia á la barra de la cámara, acompañado de numero a comitiva,
reclamando en nombre del
parti"do piadoso
y
acti
.o
que se prosiguie e
on vigor la guerra. Sus palabras eran aplaudidas con frecuencia, y se
le daban gracias por su celo; pero cuando su looguaje era obrado im–
Ierioso, cuando hablaba con sobrada in olencia de los !ore y de lo jeres
uel ej rcilo se ha ia necesario reprenderle, porque nadie osaba p n ar
siquiera, que sin los magnate
y
su apo o les fuese posible vencer.
Para dar á los enemigos de Ja paz alguna satisfaccion aparente, e
ideó hacerla pedir por la municipalidad, no al parlamento, ino al mi mo
rey, haciendo asi pesar sobre el rey el embarazo de una re puesta que
debía por preci ion di gustar á los ciudadano . on onsentimiento .de las
cámara , pasó el 2 enero de 1643 una cliputacion de la municipalidad
á
Oxford. onrióse el rey uando le instaron para que pasase
á
Lóndre ,
prometiéndole reprimir las asonadas :
<t
Vosotro mismo , le dijo, no
sois ya dueños de mantener el órden
n-,
y con su respuesta dada por es-
rito despidió
á
lo dipu tados, haciéndoles acompañar por un gentil–
hombre encargado de leerla
á
la municipalidad. Acudió allá gran gentío ,
entre ellos lord Manchester
y
Pym, di puestos
á
rechazar en nombre de l
parlamento las acusaciones del rey.
l
ver
á
esta agitada muchedumbre,
medro o el comisionado del rey qniso dispen arse de leer el men aje,
alegando la debilidad de su voz; pero le fue forzo so obedecer,
y
aun em–
pezar dos veces la lectura en di ·tinta ala , para que todo pudiesen
oírla. La segunda vez se atrevieron vario roali tas
á
hacer algunas de–
mostraciones; pero fueron sofocadas por violentos murmullos. La carta
del rey era larga
y
abundaba en recriminaciones
~ue
no anunciaban de-
eos pacíficos. Contestaron
á
ella Pym
y
Manche ter,
y
fueron aplaudidos
por el grito de
et
iviremos y moriremo con ellos
n :
durante algun tiem–
po no se habló a de mas peticione de paz. To conseguian mejore re-
ultados las tentativa de lo realistas, pero se renovaban continuamente
y
Lodo Jo traían agitado. Jauie peo aba todavia n oponel'les aquellos
escesos de tiranía que procuran algunos momentos de poder
y
Jarg_os
días de sinsabores. Luchando el parlarnenlo contra este mal interior, no
podía desarrollar toda su energia contra sus enemigo esleriores.
o sucedía asi en los condado , donde las pasiones politicas se desar–
rollaban sin obstáculo. Asi era que mientras en lo alrededores de Lún–
dres parecía amortiguar e la guerra entre el parlamento
y
el rey, estalla–
ba por otra parle violenta en distintos puntos.
r
o bien habían trascurrido
algunos mes:.is cuaa o el reino se vió ya
1-teno
de confederaciones guerre-
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