1f!Ü
lllSTORIA
guerra: llevaba ya tres días de marcha, cuando E sex acudió
á
su per–
- ecucion para defender al parlamento.
El e panto llegó
á
Jo sumo en Lóndres, pues nadie teinia tan repen–
tino rie go : los parlamentarios parecían atónitos, los realistas empeza–
ban
á
agitar e,
y
el pueblo temblaba. Pero el tellJor popular se convierte
fácilmente en indignacion : asi lo logró el
p~rlamento.
Firme y fogo o
n su acto como en su lenguaje, tomó medidas de defen a contra 1
re ,
y
de rigor contra lo malévolos. Los que no habían entregado nb–
sidio· voluntario fueron sobrecargados con contribuciones forzadas; se
encarceló
á
lo inquietos, y se desarmó
á
los sospecho o ; Luvi ron Juaar
requisiciones de toda suerte, y entre otra la de todo ' lo caballo útile
para el servicio. e elevaron forlillcacione en las que trabajaban con
ardor hombres, niñó y mujeres; se formaron barricadas, la milicias
puso en di posicion de marchar.
De
improvi o, el 2
l'.
de octubre por la mañana, se e parce la voz de
que se ha dado una gran batalla, y que el ejér ito del pariamento ha sido
derrotado con pérdida de mucha gente. Esta noticicia llegaba de Ox–
bridge, di tante algunas legua de Lóndres, yla había dado un coronel
de caI;alleria fugitivo. Casi al mi mo tiempo llegaron otras noticias bien
diferentes , y no menos ciertas sin embargo : la vic:toria del conde de
Essex era completa
y
el rey había sido errotado; se sabia por paisano
que venían apre uradamente
á
Lóndres
á
dar la noticia.
Indeciso el parlamento lo mismo que el pueblo, hizo errar la tien–
das puso las milicias sobre lag armas, y exigió de todos u miembro
la promesa de adhesion al onde de Es ex en todo y en ualquier evento.
olo al dia iguiente se recibió por Wharton
y
trode 1 parte ofl ial de
la batalla y de sus resultados.
Tuvo lugar el 25 junio
á
Keynton en el condado de Warwick, al pié
de Ja colina llamada Edgebill, donde despues de una mar ha de diez t.lia
en que ambos ejér itos habían ignorado mútuamenle sus movimiento ,
logró al cabo Essex caer obre las tropas del rey. Apesar de haber de–
jado alrá parle de su artillería y muchos r gimiento , entre otros el de
lle Bampden, resolvió ata.car á tiempo que el rey tomaba el mi mo
partido. no y Glro deseab·an Ja batalla, Essex para salvar
á
Lóndres,
y
Cárlo para poner un término
á
lo ob láculos que encontraba en un
ondado tan enemigo de su cau a, que lo herradora huian de lo pue–
blos para no errar sus caballo . Empeñó e la accion á la dos de la
tarde, duró muy viva ha ta el anoche er. La cabalieria. del parlamen-