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en la bancarrota general de Etipaña,
quedando
«
en condiciones de no
poder sostener el equilibrio entre la
ex portación y la importación.» [65]
·J
Exacto
y
animado es el cuadro que
traza el doctor Prado del poder reli ·
gioso de esa época.
Cu~nto
dice de Ja
inquisición, de Ja omnipotencia
y
fana·
tismo del clero, de sus
ri~uezas
y
vicios;
de sus obras de beneficencia,de las mi·
siones y del nocivo influjo ejercido por
él en Ja sociedad, todo merece ser leí ·
do, (66) Ya que no nos es posible re ·
producir íntegra esta parte de su dis–
curso, vamos
á
trasc ribir por su im ·
portancia el trozo final:
«Tór.ale, igualmente
á
Ja iglesia po·
ruana, aprovechar del pasado, muy
severas experiencias: . Si cuando ella
tenía en ens manos todos Jos pode–
res,
y
gobernaba en el orden polí·
tico
y
en el ci víl; cuando ella dis·
ponía de las mayores riquezas, cuando
fijaba los limites del pensamiento,
y
establecía su dominio en el fondo de
la conciencia humana; no supo dar
mayor justificación
á
su gobierno,ele·
vación
á
sus doctrinas, pureza
á
sus
costumbres; ni regeneró la condición
social
é
intelectual del Perú, ni p,udo
fl5
Discurso,
pá.g 50.
66
Discurso, págs.
ó6-96.