~-
ci6n
de
los incas. Así lo
prneba
la di·
versidad
y
abundancia de su alimen·
tación vejetal. Además la papa, base
de ella, para cambiar su amargura na·
tiva
y
pequ¿.fiez silveBtre por el gus ·
to
agradable
y
buén tamafio de l!iB va·
riedades cultivadas ha debido ser sem·
brada durante machos s1glos.
Espafia no ha sido una excepción
<le la ley sociológica «observada des·
de los tiempos más remotos hasta
hoy:» ccel descréd.ito del
trab~.jo
en
la~
sociedades exclusivamente guerre -
ras.» [49].
ce
La ley visigoda que plan·
teó el reparto de las tierras entre ven–
cedores y vencidos , concedió dos
partes
á
los godos
y
una tercera
á
lo~
romanos, lo cual produjo la decaden·
cia del cultivo.11 «Las escasas disposi·
ciones que restan de la época de la
reconquista, demuest1an en
cu.inpo·
cose tenia el fomento de los campos
y
cuán inútiles eran los esfuerz0::1 de
los particulares en fecundizar los te ·
rrenos estériles é improductivos, pues
hubo ley que mandó deshacer
y
de·
rribar todo lo que en los baldíos ss–
hubieRe labrado
6
poblado
[50
}>·
Los
48 Cronau, Historia
.~
América, tomo
1?.
J>ág.
110.
.
49 t5pencer, Moral de los diversos pue·
blos,
pá.11:.
l
7tj,
:.-
50
D¡1nv:ia.
y
Collado, obra oitada, tomo
2? pág.182.