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cuando Felipe IU se quejaba de que
ceno
habfa herPdado
sino
el nombre
y
las cargas de R..
y
vendidas la mayor·
parte de las rentas fijas del reai patri–
monio
y
empefiadas por muchos afios
la~
que habían quedado» (36); no po–
día pagará sas sirvientes, ni darles
ración; sa fiaba
el
servicio de
su
mesa
y sabia por 'el Consejo que lQs rampos
estaban yermos y las ca8as desploma ·
das
[37]:
cuando Felipe
IV
tenía co–
nocimiento
de
que celos lugares estaban
<le~poblados,
los templos
caído~,
las
ca!'!as hundidas, las. heredades periJi ·
<las, las tierras sin cultivar, los habi–
tante~
por los
camino~
con sus mujereR
é
hijos mudándose cte unos lugares
á
otros huscando
el
remedio, comiendo
yerbas_y raíces del campo para sus· .
t.enta rse))y que
otros
se iban
«á
diferen·
t es reinos
y
provincias>{38];<'omprome·
tía
su dignidad real admitiendo las im–
pot:iiciones de las Cortes para obtener
d e f\llas ren tas (39); vivia acosado de
p e ticiones de deudas 6 de limosnas
basta
de los
caballeros
y
damas de la
36 Lafuente,obra citada, tomo XI,
págs.
83
y
94.
37
Danvila y
Collado, tomo
2.
0
pág.
565.
38 Lafuente, obra cit. tomo XI, pág.
21 2.
39 Danvila
y
Collado, obra ci"., tomo
3?,
p~g.
83.