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-16-

Aunque los Borbones enderezaron

la monarquía, sin embargo como loa

hábitos seculares no se pierden b.rus–

camente ni en cualquier momento, la

sociedad espafíola no olvidó, ni se

apartó de la mala

sen~.

Pasaron las cosas en Españ.a del mis–

mo modo qu-e en el Virreinato; pues

«c9mo el mal se hallaba esµeclalmen·

te en lo8 hombres, dice el doctor Pra·

do, los intendentes

y

sus subdelegados,

no cambiaron su condicjón moral en

virt.ud

del nuevo sistema [Ordenanzas

de IntenJeutes], en · el que siguieron

por su parte, la corr iente de corrup·

ción que en el manejo de los negocios

se había hecho escandalosa entre sus

antecesores.» [27].

.A.sí

,

por ejemplo, reinando Carlos

lll

los jueces

y

oficiales de justicia re·

cibían dádivas

y

regalos, no despacha·

ban brevemente los negocios y causl-ls,

ni excusaban procesos por la &misto–

sa composición de las partes.

(28]

Oon

razón ea Jos últimos afios de ese buen

monarca decía Oampomanes: ccNuestra

constitución está muy viciada; nues ·

tros tribunales apeuas sirven para lo

que fueron creados; los cuerpos del de

27

Discurso. rág.

26

28

Instrucción de

Corregidores

!le 1778,

D1'nvila

y

Collado,.::tomo 4?,

pág.

163.