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La Guerra de Quito.
para los alborotar. Diego Centeno prometió de lo ha–
cer ansí;
el
cual, despues de haber practicado otras co–
sas con el visorey, se despidió dél
y
le fueron dados
los despachos y provisi6!1es.
E porque en lo de adelante hemos de hacer gran
mit].cion de este Diego Centeno, por las cosas altas que
emprendió, aunque las más acabó infelicemente y con
des
gr~cia,
por algun secreto juicio · de Dios, diremos
aqui en esta parte su naturaleza y padres quienes eran.
Y
ansí, digo, que Diego Centeno era natural de Cibdad
Rodrigo; su padre se llamó Hernando Carveó, su
madre Marina de Vera; hijodalgo no de muy alto
cuerpo, blanco, el .rostro alegre, las barba rubia, nobles
condiciones;
~o
le tuvieron por liberal de su hacienda,
y
de la del Rey que gastó muy largo
(a),
notándole de
algunos vicios generales que los hombres de Indias,
con
el
vicio
y
soltura dellas, tienen;
y
tambien le po–
drian agraviar algunos afectos naturales, aunque los
malos y envidiosos nunca dejan de hallar que notar de
los buenos y virtuosos. .Pasó á estas partes de las Indias
de edad de veinte años; tuvo grande afinidad con
el
capitan Peranzúles
(b)
y con otros caballeros <leste
reyno.
.
T ornadas las provisiones y despachos, se
parti~
para
la cibdad del Cuzco; Lope Martin lo mismo. Llegado á
(a)
«Es este D iego Centeno viznieto de Hernando Centeno, aquel que
fué el g ran ladron en España: '
dice
Gonzalo Pizarro
á
su hermano Her–
nando Pizarro, en cart a de uito
y
29
de Mayo de
1546.
(b)
Peransúrez
ó
Pero Ansúrez .
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