La Guerra de Quito.
caballo,
y
con mucha priesa anduvo hasta que llegó al
pueblo de Chaqui, á donde halló al mensajero; y to–
mando los despachos, estuvo oyendo las cartas todo
aquel dia
y
hasta la media noche; y como vido las or-–
denanzas, mostró rescibir gran alteracion, y sin las aca–
bar de leer, salió fuera, diciendo
á
los que con él esta–
ban, que unas nuevas tan malas le habian venido, que
ni ellos las entenderian ni él sabria decírselo; y como
esto habló, les arrojó las cartas
co~
'las ordenanzas, pa–
ra que las leyesen: y despachó luégo á Juan Ramírez
á la cibdad de Arequipa, para que ciertos dineros quél
habia enviado para que fuesen enviados á España, que
los detuviese. Y holgó allí un -dia, el cual pasado, se
partió y fué á dormir en
el
camino de Porco, mostran–
do mucha tristeza:
y
áun afirman que muchas veces .
lloró, casi adivinando los grandes males que habian de
rescrecer en el reyno. No sé yo si eran lágrimas
(a)
fin–
gidas ó no, porque los que quieren levantarse
y
ser
tiranos, muchas son las disimulaciones con que enga–
ñan á los que les siguen.-En pocos dias fué á las mi–
nas de Porco, donde llegó
el
más dinero que pudo.
(a)
Faltaba est a palabra en el M ....