Capítulo XIV.
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CAP.
XIV.~De
las cosas que más fueron he–
chas por el capitan Gonzalo Pizarra,
y
de
cómo ·eran muchas las cartas que de todas
partes le venían.
M
uy congojado estaba el ánimo del capitan Gonza–
lo Pizarro en oir las
cosa~
que se decian,
y
como
era hombre de poco saber, no miraba con prudencia
los acaecimientos que en lo foturo se podrian rescre–
cer. Pensaba unas veces de se estar en su casa
y
no
mostrarse, como dicen, cabeza de lobo por el pueblo,
pues despues, en viendo que sus cosas se hacian prós-:
peras, le negarian
y
dejarian dentro en
el
lazo; otras
veces pensába que seria falta de ánimo,
y
que pues los
ojos en él todos ponian, no serian tan ingratos que no
conosciesen
el
bien que les venia de querer él por su
persona mostrarse abtor de aquel negocio. Tambien
consideraba que habia ido al descubrimiento de la Ca–
nela, donde salió desbaratado
y
tan gastado, que con
cincuenta mil pesos no pagaria sus debdas;
y
que fue–
ra justo S. M. le nombrara gobernador, que era todo
su pró, alegando que por el testamento del Marqués,
y
por su provision real, él lo habia sido ya en el Quito.
Esto le daba más deseo de ir al Cuzco
y
hacer junta
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