Capítulo VI.
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-pliego, y hallaron que venia un traslado de la provi–
sion que S. M. dio
á
Blasco Núñez de su virey, y una
carta para Vaca de Castro, en que le mandaba que no
usase más
el
cargo de gobernador
y
-que se viniese á
Los Reyes,
y
otras cosas que en la carta se contenian.
Para el cabildo de la cibdad de Los Reyes venia otra
carta,
y
por ella 1es mandaba que le recibiesen por
visorey por virtud de traslado de la provision que les
inviaba, teniendo los alcaldes la justicia, sin tener más
tiempo á Vaca de Castro por gobernador. Dícese quel
visorey, desde que entró en
el
reyno, tuvo por odiosas
las cosas de Vaca de Castro, y que tuvo por muy acetos
á los que siguieron la parte de don Diego de Almagro.
Dichos vulgares son, é yo no sé lo cierto dello
(a).
Vistos estos despachos por
el
factor y por los otros,
my alegres, por la enemistad que con Vaca de Castro
tenian, determinaron que fuese con la :p.ueva Juan de
Barbarán, como procurador;
el
cual
á
toda furia revol–
vió á Los Reyes, y allegado á la cibdad, entró cor–
riendo por las calles, como si la tierra estuviera rebe–
lada del servicio de S. M., diciendo:-¡ Libertad!, que
el señor visorey viene; veis aquí sus despachos. Y con
esta nueva, entraron en su cabildo el tesorero Alonso
Riquelme y el veedor García de Sauceda y Juan de
Leon, Francisco de Ampuero, Niculás de Ribera
el
Mozo, regidores; Alonso Palomino, Niculás de Ribera
el Viejo, alcaldes. La provision real de S. M. mandaba,
(a)
Esto lo suprimió Herrera; pero la .carta del virey inserta en
el
0
Apén–
<lice,núm.
8.
0
no •es mal fundamento de los tales
dichos 'Vulgares.