de la FJ'octrina de la Pirtucl.
387
de comer carne
y
vidas de hom-
al pusilánime
y
desconfiado con–
bres , que Dios tan caramente viene predicar de la misericor•
les
prohibió. Porque verdadera- dia: al presuntuoso , de ·1a jus·
mente una de las cosas que mas
ticia ;
y
asi
á
todos los demas:
habia de celar el Christiano, es segun nos aconseja el Eclesiás–
la
fama
y
honra del próximo:
tico , diciendo (a) , que
trate–
de que estos tienen muy poco mos con el injusto de la justi·
<:uidado; teniendolo tanto de co· ·cia : con ·el
temero~o
, de la
sas sin comparacion menores.
guerra : con el
invidjoso, del
Esto
y
otras cosas semejantes agradecimiento: con et inhuma·
no me puede negar nadie, sino . no , de la humanidad : con el
que
cada
dia pasan entre los perezoso, del trabajo;
y
asi con
. hombres del muado ,
y
entre
todos los <lemas.
los de fuera del mundo.•
Y
pues
Pues segun esto como haya
este es tan grande
y
tan univer-
dos diferencias de personas: unas
sal
engaño , necesaria cosa era que se ajustan mas
á
lo interior,
.dar este desengaño: mayormen-
sin hacer tanto caso de lo exte–
te pues no todos los que tienen rior;
y
otras que se inclinan mJs
por oficio dado, lo dan-:
y
por
á
lo exterior, sin tener tanta
esto convenia que con <}.Gctrina
cuenta con lo interior;
á
los unos
'.clara se supiese esta falta., pira -conviene encarecer lo uno ,
y~
.aviso de los que .desean acertar · los otros lo otro, para que asi
este camino.
veng:rn
á
reducirse los humores
Y para que el Christiano Lec-
á
debida proporcion. Nos en es–
·tor .se .aprow.eche mejor de
lo
di-
ta doctrina
d.t!
tal manera tem–
<:ho., y no venga
á
enfermar con piamos el estilo, que cadJ cosa
la
medicina ., con)lfiene que tome pusiésemos en su lugar : levan–
primero el ptrlso
á
su
espíritu
y
tanda las cosas mayores sin per–
condiekm., para verá lo que es juicio de las menores;
y
encar- .
mas inclinado. Porque hay unas gando las menores sin agravio
doctrinas generales que sirven
de
las mayores.
Y de
esta ma–
para todo género de personas: nera estarémos libres
de
aquellas
como las que se dan
de
la
cari-
dos peligrosísimas rocas
que-
aqui
dad, humildad, paciencia, obe. habemos querido derribar : la
dieacia
&c.
Otras hay particu-
una de los que precian tanto lo
lares,que son para remedios par·
interior, que desprecian lo exte–
ticulares de .personas , que
no
rior ;
y
la otra de los que abra–
arman tanto
á
-otras. Porque á za ad o mucho lo exterior, se des·
uno muy escrupuloso es menes-
cuidan en lo interior • rtla'yor–
ter alargarle algo la conciencia; mente en el temor de Oiós
'f
mas al que es largo de concien-
aborrecimiento dd pecado. · :
, cia ,
es menester estrechársela:
La
suma
pues
de este negocio
·
Ccc2
·
~
{a)
Eccl.
37.