ie la Doctrina de la Pfrtud.
39.J
s·ean pies ni
todos manos.
Este>
·
es
lo
que tan largamente preten·
CAPITULO XXII..
tiió
persuadir el Apóstol en la
Epístola susodicha
(a) :
y
esto
mesmo es 1.o que nos aconseja
quando dice
(b)
~
El
que no co–
me , no menosprecie
al que
co·
me.
Porque por ventura
aquel
'}Ue come ,
tendr" por
una
par–
te
.necesidad
de
comer,
y
por
otra parte quizá tendrá otra vir
tud
mas
alta
que esa que ta tie–
nes , de que tu·
car.ecer~s:
por
donde
en lo
uno
no
teadr~
cul•–
pa
; y en lo otro
te
hatá:
ve·nta ·
ja.
P.or~ ue asi como no .
menos
•sirven
para.elcanto los
puntoi>.
qu~
están en regla , que
lo~
que
e~cán
en espacio; asi
no.
menos
sirve
á
la consonancia
y
música
espi.rituJl de la Iglesia el que no
eo!Ile ;
y.
el
que
parece
qu
está
o:emso ,
qu~
el que .está. ocup.ado,
s1
en
su
6c10
trabaja
P.?r
alcan–
zar
con
que
pueda
4es.pues.
edi·
ficar
á
su
próximo.
.
Esto
mesmo
nos encomienda
muy
encarecidamente S.
Rernar·
(!,(>
(e),
avisando
que
excepto
aquellos á
quien
es
dado
ser Jue–
ces
y
Presidentes en la
Iglesia·
d.
,
na
1~_se en.t~emeta
en querer es-
cudtrnar
n1
Juzgar la vida de na·
die' ,
ni comparar
la
suya coa la
de nadie;
porque
no le. acaezca
lo que
al
Monge que
tenia
por
agravio
que su pobreza se
igua–
lase con las riquezas
de Grego–
ri~
: á
quien
fué
dicho
que
mas
ric<?
era él
con una gatilla
que
t~ma,
que el otro con todas sus
riquezas.
Terc-ero aviso de Is solicitud'
vigilancia con que debe vivir el
varon virtuoso.
E
L terceroaviso sea
este :
Que
porq.ueen
esta
regla
se
han
puest<> muchas maneras
de vir–
tudes y documentos
para arre–
glar la vida;
y
nuestro enteQdi..
mi~nto
no
puede comprehender
muchas
cosas
j.untas ;
para esto
conviene
procurar una
virtud .
genenl
que las
comprehenda
t()· ·
dac; ,
y
su 1Jl a
(segun
es
posible )
las
veces . ·: todas:.
que
es
una per· ·
petua
solicitud
y
vigilancia ,
y
una continua atencion
á
todo
lo
que hubiéremos
de
hacer
y
'de–
cir:
pára
que
todo
vaya ni.veta..
do
con
el juicio
de
la razon.
De snerte, que
asi
comoqua11
1
•
do
un Einbaxador
hace
una
ha–
bla delante de un
gran
Senado,.
en un
mesmo
tiempo
está atent<>
á
las·
eo~·as
que
ha
de
decir,
y
las palabras coa qut.! las ha de de·
ci~,
y
á la
voz
y
á
los
m-.rneos.
del
ouerpo,
y
á
otras
cosas sem<'Jcia,.
tes;
asi
el
siervo
de Dios tra lr>1je
( quanto le sea
posibl~)
por
traer
consigo
una
perpetua atencion
y
vigilancia
para mirar
por sí y
por todo lo que hace: p1_ra que
hablando,
callando ,
pregunta~
do ..
respondiendo ,
negociando,
en
la
mesa,
em
la
pl:iza ,
y
en la
Iglesia,
en
casa ,
y
fuera de
ca–
sa, esté
como con un
compas
e11.
la
mano· midiendo
y
compasan–
do
sus
obras , sus palabras
y
pea..
Ddd
sa·
(a)
1.
Cor.
12.
(b)
Rom.
14.
(e)
Supr. Cant. ser.
-tº•
in
fire: