porque
por
ventura
no · se yerren. Y pues en este negocio
no
s~
trata
_de
tierra , sino
d.e
cielo ;
~ni
de
tus
co~as,
sino
de
ti
qijsm-0 ; : mira
que
no
se
debe
consid~ra~
esto
~urmiendo
ni
bo~te~ndo,
sino con mucha atencion.
Si
hasta aqui has errado, haz cuenta que naces ahora
de nuevo ,;
y
eptremos . aqui
1
en juicio,
y
corte1nos el
hilo de nuestros yerro.s ,
y
comencemos
á
devanar esta
madeja
por
otro camino. ¡Quién me
diese
ahora
que
me creyeses,
y
que con oídos atentos me escuchases,
y
que como buen juez segun lo alegado
y
probado -
s~nt~nciases
! ¡O
.qué-Uichoso acertamiento!
¡
ó .qué bien ·
empleado trabajo! Bien sé que, deseo· mucho,
y
que no
es
bastante ninguna escritura para esto ; mas por eso
suplico yo ahora
en
el principio de
ést~
á
aquel que ,es .
la -virtud
y
sabiduría del
P~dre
(el
qrial tiene
las
Ha.ve~
,·
de
David para abrir
y
cerrar
á
qui€n él quisiere) (a),
que
se halle · aqui
presente,
y
se
envuelva
en estas
palabras ,
y
les dé
espíritu
y
vida
para·
mover
á
quien
las .leyere. Mas con todo eso
si
otro
fruto no
sacare
de este trabajo mas -que haber dado á tni deseo este
•
•
•
co11tentam1ento ,
que es hartarme una
vez
de alabar una - -
, cosa tan digna de ser alabada
como
es la virtud (que
es cosa que muchos tiempos he deseado) ·; solo' esto
tendré por suficiente premio de mi trabajo. · Proéuré en
esta escritura (como en todas las otras) de acomodarme
á
toda suerte de personas, espirituales
y
no ...espirituales,
para que pues la causa
y
la necesidad era con1un,
ta1n·
bien lo fuese la escritura. Porque los buenos , leyendo
es·
(a)
Apoc.
3.
Isai.
z2.