para amar lo uno ,
-y
aborr-ecer lo otró ·,
hay
gran..
des contrad.icciones
€
impedirnenté>s (que tiacieron del
- pecado), .
á.si. dentro como fuera del hombre. Porque
co1no él ·sea com-puesto de espíritu
y
carne ;
y
cada
cosa de estas naturahnente apetezca su semejante , la
carne quiere cosas carnales (donde reynan los vicios);
y
el espíritu cosas espirituales (donde reynan las vir..
tudes ;
y
de esta manera padece e'l espíritu .gran.des
contradicciones de su propia carne ·; la qual no tiene.
cuenta sino con lo que deleyta.- Cuyos deseos y.ape–
titos despues del [iecado. original son vehementísimos,
pues por él se perdió el freno de la justicia original,
con .que estaban enfrenados: Y no solo
contradl.ceal
espíritu la carne, si o tainbien
el
rr,iu.ndo, que (como
dice S. Juan ) a) está todo armado sobre vicios :
y
contradice tambien el demonio , enemigo capital de '
la virtud :
y
contradice otrqsi el · mal hábito
y
la mala -
costumbre (que es otra segunda
na~uraleza
) , á lo
menos en aquellos que están de · mucho tie1npo mal
habituados. -Por lo '1ual romper por
t<:da~
estas co_n–
tradicciones
y
dificultades ,
y
á pesar de la carne
y
de todos sus aliados desear de veras
y
de todo cora–
zon la virrud, no · se puede negar sino que es cosa
·de grande dificultad,
y
que
ha
menester socorro.
Pues por acudir en alguna 1nanera á esta parte se
ordenó el primero de estos d?s Tratados: en el qual
trabajé con todas
~is
fuerzas por juntar todas la ra–
zones que la qualidad
~de
esta escritura sufria en fa-
b
2 .
vor
(a)
1.
]oan.
S·