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tle la Exhortacion á la
'/71rt1J(/.
t'l'f
tar, ni puede dexar de sentir;
Pues todas estas espinas juntas
pues naturalmente desean
los atormentan
y
punzan el corazon
hombres ser
bien
quistas,
y
sien-
de los: malos:. como
muy
á la lar–
ten mucho ser malquistos; pues ga lo escribe uno de aquellos
como dixo un Sábio:. No hay en amigos del Santo Job (b
)~
cuyas
el mufldo mayor tormento que palabras en sentencia
referiré
el publico ódio. Otra espina es, aquí para mayor
luz
de esta
el temor necesario de la muer-
doctrina. Todos los dias de su
te,
y
la
incertidumbre de
la vi-
vida
(dice
él )
persevera
el
ma–
da, el recelo de la cuenta,,
y
lo en su soberbia ; siendo tan
el
horror de
la
pena
ecerna:· incierta
ef
número
de fos
años
de
porque · cada cosa de· esras es su tyranía. Siempre
soenan
en
una espina que hiere
y
punza
sus oídos voces- de· remor
y
de
muy agudamente
el
corazon del espanto:: que son los· damores
malo: tanto, que todas quantas
de
la mala
conciencia~
que
le·
l'eces se le ofrece la memoda está
siempre
remordiendo
y
acu–
de la
muerte,
pcr
na
·cabo
tan· saad'o. Ea
medio de
la
paz-
teme
derta , y
por
otro tan
incierta,,
celadas. de· enemigos (porque
no
puede
dexar de
entristecerse
por
muy
pacifico
y
contento que
e
comQ
el Eclesiástico dice ) (a) viva,
Dt.inca
faltan temores
y
pmque vé
que aq
el
dia ha de· so bresáltos á1a
mala conciencia).
l'engar sus maldades,
y
poner No puede acabar- de
creer
que·
fin
á
to'1os sus vicios
y
deleytes:: le·
se~
¡:osible Vfnir de fas ti–
la
qual
memorianadiepuede des-
nieblas
á
la luz. Esto es, no cree
echar
des~;
pues no
ay
cosa que sea posible salir de las ,tinie–
mas Natural
al mortal
qne·
mo,
bias
de aquel
miserable
estad()
rir. Yde ªGui naee qne con qaal-
en qne vive,
y
alcanzar
ta-
sere–
quiera mala disposicion que ten-
nidad y tranquilidad de
la
buena
ga, luego
está lleno de· temores conciencia;
Ja
quar
como una
.#
y
sobresaltos, si
morirá,.
si
no
luz·
hermosísima
al'egra
y
escla–
mvrirá ::
perque la vehemencia rece todos los senos
y
rincones:
del amor propio
y
Ja pasi-on del del ánima:
por~ue'
siempre
le·
, temor· le hacen haber
miedo
de parece que _por tóaas:
partes·
ve·
las sombras ,
y
temer donde
tlO
la espaaa
delante
de sí des·nuda:.
ñay que te·mer.. Pues
ya
si hay de tal manera, qrie aun quando
en la
tierra
comum~s
enferme-
se
asienta
á
come,.r
á
la mesa
<facies,.si muertes , temblores de (donde generalmeñte.
~
sJJelen.
tierra, ó
truenos·, 6 relámpagos,, los
hjm9res.
alegrar )
alli
no
le
luego se
turb~
altera c0n el
falta u '*mores
y
sobresalcos
y
miedo· de
~u m~ta
eb-ncienC'ia,. desemifümzas .,,
pareciéndole
que
figurándosele que
todo
aquello
le está
aguardando
el dia de las:
puede
venir- por
su causa.
tinieblas ,
que'
es el
dia de la
muer·
(a)
Eccl.
41.
(a)
Joó
15·"